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In memoriam: Julián Irujo

Fecha de primera publicación: 21/07/2015

Julián Irujo
Julián Irujo

Julián Irujo, pintor, catedrático de Pintura de la UPV/EHU, participó de manera activa en la estructuración de la Facultad de Bellas Artes como vicedecano de la misma, a principios de los años 90, y, de manera singular, organizó los intercambios "Erasmus" con las demás facultades y escuelas de Bellas Artes europeas. En su trabajo ha mostrado el modo en que la práctica artística experimental, la investigación universitaria y la práctica docente se pueden conjugar y nutrir, contribuyendo de manera importante al desarrollo de una línea de investigación basada en una semiótica experimental aplicada a la práctica artística y docente.

En este sentido, y para definir la especificidad de los trabajos realizados en nuestra facultad, ha acuñado un concepto nuevo denominado "semiurgia", basado en el sufijo "urgia" que se emplea en términos como metalurgia o siderurgia, para definir aquellos planteamientos que tienen que ver con la acción, con los procesos creativos, con la manipulación directa de los materiales a los que se da forma.
Julián nos deja un legado muy importante que podemos encontrar en los trabajos que ha realizado y que definen con precisión sus ideas. Desde el punto de vista artístico pictórico, nos aporta una obra personal y de calidad, como se demuestra en las 25 exposiciones pictóricas individuales e innumerables colectivas. En su trabajo de investigación universitaria, ha dirigido 10 tesis doctorales y realizado publicaciones y exposiciones de los distintos proyectos de investigación en los que ha participado y en su práctica docente, destaca el que ha sido su modo de proceder habitual: la aplicación en su clase de todo lo investigado, constatando, de este modo, la perseverancia en una dirección y su profundización en los numerosos escritos que nos lega. Sus dos últimos libros, "Saber sentir la pintura" y "La mirada peligrosa", tienen un carácter testamentario.

Sus investigaciones le han llevado a metas importantes y sería de desear que algunos de los que han participado de su enseñanza le cojan el testigo y "subiéndose en sus hombros" puedan ver más lejos todavía.

Finalmente, nos queda el recuerdo imborrable de la persona, su generosidad y su disposición a ayudar a los demás y que nunca defendió intereses personales.

 

J. L. Tolosa / F. Mardones
 

Sus frases

  • Formaré parte de las nubes, configurando formas en movimiento y caricias para los sentidos.
  • Aprender a observar un cuadro puede ser un magnífico aprendizaje para saber indagar pausadamente en la realidad y apreciarla en toda su complejidad.
  • Reivindicar los valores de la pintura como fuente de aprendizaje y no tanto como espectáculo artístico.
  • Quería, inmerso en la sociedad de las mil imágenes por segundo, defender una actividad reposada que implica detenerse a observar con calma la realidad circundante.
  • He partido de la idea de que uno de los mejores caminos para comprender una obra de arte es atender a los mecanismos creativos y a las variables significantes que ha empleado el artista.
  • Considero que el denominado pensamiento crítico, o es autocrítico y comienza por establecer sistemas de control contra uno mismo, o no es sino una mera proyección del mecanismo psicológico dedicado a culpabilizar al resto de la humanidad para ocultar las propias debilidades.
  • Y por encima de todo, he querido defender los valores humanos, la capacidad de empatizar con el prójimo, en especial con el débil y no olvidar jamás que el objetivo prioritario de la acción política debería ser eliminar la injusticia y la miseria en el mundo.