Hace unos años, en el suplemento de El Correo para el empleo, afirmaba Iñaki Ruiz, del Departamento de Marketing del BBVA, que El sentido común diferencia a los candidatos a un empleo, es una de las características más importantes y se adquiere con el día a día. Ser licenciado ya no marca la diferencia; el título es un primer factor de criba para determinados empleos pero, además, las empresas buscan habilidades, valores y competencias que no se aprenden en la Facultad: organización, relaciones interpersonales, negociación o capacidad de comunicación.
En El Libro Blanco sobre la Educación y la Formación de la Unión Europea: Enseñay y aprender. Hacia la sociedad cognitiva, publicado en 1995, se dice que
El desarrollo de lña cultura general es el primer factor de adaptación a la evolución de la economía y el empleo. La exigencia de una base cultural sólida y amplia, literaria y fiolsófica, científica, técnica y práctica, no atañe únicamente a la formación inicial. Los centros de formación profesional se ven cada vez más obligados, cuando realizan acciones de reconversión de trabajadores, a volver a insistir en la cultura general como un instrumento de comprensión global.
El mismo año, el Informe de la Mesa Redonda de Industriales Europeos, incidía en las mismas consideraciones:
…insiste en que, como misión fundamental de la educación, la adquisicioón de conocimientos, competencias y capacidades debe ir acompañada de una educación del carácter, de una apertura cultural y de un despertar de la responsabilidad social.
Las facultades de Medicina de las universidades de Estados Unidos ya llevan tiempo impartiendo o exigiendo a sus alumnos cursos extracurriculares que incluyan arte, música, literatura, cine o teatro. Sus responsables insisten en que los alumnos así preparados están mejor equipados para responder a las dimensiones social y humana de la Medicina.
*García Moliner, F. 2001. La ciencia descolocada. Ed. del Laberinto. Madrid.
*Rodenhauser, P., M.A. Strickland & C.T. Gambala. 2004. Arts-related activities across U.S. Medical Schools A follow-up study. Teaching and Learning in Medicine 16: 233-239.