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Jenaro Guisasola

Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas: Educación para un conocimiento global

Profesor titular de Física

  • Cathedra

First publication date: 28/09/2018

Jenaro Guisasola
Jenaro Guisasola. Photo: Nagore Iraola. UPV/EHU.
This article is published in its original language.

Pocos discuten hoy el papel que la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (denominadas en su conjunto por las siglas en inglés STEM) desempeñan para alcanzar niveles satisfactorios de bienestar. La inversión en conocimiento STEM no es un capricho de países ricos, sino todo lo contrario. Los países se hacen ricos y controlan su bienestar porque su sistema productivo prima la innovación científico-técnica y su sistema educativo incluye el conocimiento de esas disciplinas por parte de la ciudadanía. La ciudadanía es cada vez más consciente de que aquellas preocupaciones que se señalan como principales en las encuestas (la salud, la conservación del medio ambiente o el paro) tienen respuesta en la inversión en conocimiento. Invertir en STEM es invertir en el futuro bienestar de la Sociedad.

A partir del reconocimiento social de la importancia de los temas STEM, surge la necesidad de una educación STEM desde la primaria hasta niveles universitarios, un sistema que eduque ciudadanos alfabetizados científicamente y genere científicos e ingenieros para un liderazgo global. Se entiende por alfabetización científica la capacidad de cualquier persona por encontrar significado a los términos científicos, términos que se utilizan en periódicos y artículos de divulgación sobre problemas sociales relacionados con la STEM. Un plan de estudios basado en STEM contiene situaciones de la vida real para ayudar al alumnado a aprender. La educación STEM integra diferentes aplicaciones de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas con el fin de proporcionar a los estudiantes oportunidades de ver cómo los conceptos científicos se relacionan con la vida. Esto permite despertar la pasión por el conocimiento científico-tecnológico y relacionarlos con su futuro bienestar.

El artículo ‘Challenge faculty to transform STEM learning’ (publicado en  la revista Science de octubre de 2015, basándose en los resultados de la investigación en enseñanza STEM) critica fuertemente una enseñanza universitaria basada en la transmisión de conocimientos ya elaborados y presentados de forma aislada e inconexa. Propone implicar al alumnado universitario en la comprensión de la naturaleza de la ciencia y de la tecnología, sus métodos, el lenguaje matemático y las complejas relaciones con la sociedad. Todos estos aspectos se engloban en lo que se conoce como “hacer o practicar STEM”.

Los diversos movimientos de educación STEM proponen una enseñanza en todos los niveles educativos que muestre la relación entre disciplinas científico-técnicas y los problemas sociales (ver, por ejemplo, http://www.scientix.eu/observatory/stem-education-practices). Aquí es necesario advertir sobre una confusión frecuente al hablar de educación STEM, cuando se considera que en la educación secundaria se debe enseñar “ciencia integrada” sin diferenciar las disciplinas. Esta concepción de la educación científica para secundaria ya fue experimentada en los años 80 y 90 del siglo pasado, principalmente en proyectos del Reino Unido y USA, con resultados mediocres que influyeron en que la enseñanza de la “ciencia integrada” fuera abandonada. Además, desde el punto de vista histórico, el desarrollo de la ciencia empezó a obtener sus mejores resultados cuando se especializó por disciplinas. Sólo desde un conocimiento de la disciplina se puede obtener una visión integrada de la ciencia. Lo que la educación STEM en secundaria propone es una educación en las diferentes disciplinas, pero conectadas por métodos y conceptos transversales a toda el área STEM y, relacionados por problemas sociales cuyo análisis implica la utilización de más de una disciplina STEM.

Recientemente a la sigla en inglés STEM se ha añadido una “A” de “arte” y se habla de STEAM (ver, por ejemplo, https://library.ucalgary.ca/c.php?g=255548 ). La división desgraciada entre “ciencias” y “letras”, junto con una educación científica desconectada de su naturaleza problemática y social, han llevado a gran parte de la sociedad a pensar que la ciencia no es cultura. Sin embargo, los científicos son creadores intelectuales que imaginan mundos teóricos que deben ser contrastados con datos experimentales. Los modelos científicos creados por Newton o Einstein no tienen nada que envidiar a los mundos fantásticos creados en la literatura como, por ejemplo, el de J.R. Tolkien en el ‘Señor de los Anillos’. La ventaja de las creaciones científicas es que explican razonadamente la naturaleza y nos proporcionan nueva tecnología. Así pues, bienvenida sea la “A” si introduce en la educación científica el componente humanista que siempre ha tenido la ciencia. Sin ese componente humanista no se explica la necesaria introducción en la educación secundaria y universitaria de los componentes éticos y humanísticos que presentan los problemas ciencia-tecnología-sociedad y medio ambiente. En la era digital en que vivimos hay preguntas concretas de la ciudadanía que implican conocimientos básicos de ciencia, ingeniería aritmética o estadística que deben ser contemplados en la educación científica y que ya se proponen en los programas STEM.