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También el 10 de marzo celebramos el Día de las Mujeres

La UPV/EHU homenajea a siete compañeras por su compromiso en favor de la igualdad en el acto institucional del Día Internacional de las Mujeres

  • Reportajes

Fecha de primera publicación: 09/03/2023

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(de arriba a abajo, izquierda a derecha) Mirari Antxustegi, Mari Luz Esteban, Enkarni Gómez, Lourdes Arrien, Paz de Corral y Maggy Barrèrre | Foto: Nagore Iraola. UPV/EHU

El viernes, 10 de marzo, la Universidad del País Vasco celebrará el acto institucional en conmemoración del Día Internacional de las Mujeres. La celebración se llevará a cabo en la Facultad de Educación, Antropología y Filosofía, en Donostia, y en él se rendirá homenaje a siete mujeres de esta Universidad “que, además de ser referentes en su actividad laboral, han contribuido a que todas las mujeres de esta universidad tengan un camino más fácil para andar.” Asimismo, se otorgarán los premios, Francisca de Aculodi, María Goyri y Micaela Portilla a los trabajos de fin de grado, fin de master y tesis con perspectiva de género.

En esta ocasión, se han designado a las mujeres homenajeadas entre las trabajadoras que desarrollan en el Campus de Gipuzkoa su labor: Mari Luz Esteban Galarza, (Artes y Humanidades); Mirari Antxustegi Bengoetxea (Ciencias); Paz de Corral Gargallo (Ciencias de la Salud), Maggy Barrère Unzueta (Ciencias Sociales y Jurídicas), Enkarni Gómez Genua (Ingeniería y Arquitectura); Lourdes Arrien Marina (Personal de Administración y Servicios); y, de manera póstuma, a Vicky Ateca Amestoy. Todas ellas con un amplio bagaje feminista, nos acercan ahora sus reflexiones sobre la evolución de la Universidad en lo que a la situación de la mujer se refiere, en cada una de sus áreas.

Mari Luz Esteban Galarza

Artes y Humanidades

Profesora de Antropología Social en la Facultad de Educación, Antropología y Filosofía

Mari Luz Esteban Galarza

“Estoy muy agradecida por este reconocimiento y muy contenta por estar al lado de las premiadas este año, pero quizás haya llegado el momento de hacer reconocimientos colectivos. Al menos en mi caso, mi trayectoria en la planificación familiar, al principio, y luego en la universidad, en la antropología social, no se puede entender sin fijarme en los grupos en los que he estado.

En 1998, cuando empecé a trabajar en la UPV/EHU, me incorporé al equipo que lideraba Teresa del Valle. Allí también estaban Karmen Diez Mintegui y Txemi Apaolaza, con quienes aprendí tanto a dar clases como a hacer investigaciones.

Posteriormente, creamos el Grupo de Investigación AFIT-Antropologia Feminista, que en la actualidad formamos diecisiete antropólogas y sociólogas, pero en nuestro entorno hay otros investigadores. En algunos grados y másteres de la UPV/EHU estamos implicados en materias relacionadas con la perspectiva de género y en diferentes proyectos de investigación y contratos. Realizamos un trabajo individual pero también grupal y, junto con otros profesores, Personal de Administración y Servicios y estudiantes, estamos haciendo nuestra aportación para que la UPV/EHU y la sociedad vasca sea más feminista.

Por tanto, este reconocimiento es también de todos los miembros de la AFIT.”

Mirari Antxustegi Bengoetxea

Ciencias

Profesora del Dpto. de Ingeniería Química y del Medio Ambiente de la Escuela de Ingeniería de Gipuzkoa (Eibar)

Mirari Antxustegi Bengoetxea

“Tras muchos años de lucha en los que muchas compañeras han trabajado para llegar al punto en el que estamos y conseguir que tengamos una voz para poder verbalizar y poner sobre la mesa los retos y desigualdades, otro de los grandes retos con los que nos encontramos es que nuestros interlocutores sean capaces de escuchar nuestra voz desde la igualdad.

La falta de esa capacidad conlleva que, en ocasiones, se reste autoridad y credibilidad al mensaje que las mujeres queremos emitir. Esto ocurre a todos los niveles: sea desde el punto de vista de experta en su materia, de una colega de profesión o un cargo académico. Y es una dinámica muy peligrosa, ya que el no tener en cuenta esa opinión, dato o conocimiento lleva a la sociedad en general a intentar solucionar cosas partiendo de un escenario en el que la perspectiva está alterada. Un ejemplo evidente lo podemos ver en las conclusiones del reciente informe sobre El cambio climático en Euskadi desde la perspectiva de género que han emitido IHOBE y EMAKUNDE donde se menciona que las mujeres están infrarrepresentadas en los órganos de toma de decisiones sobre el cambio climático, tanto en la administración como en los diferentes niveles de gobierno. Esto ocurre a pesar de que las mujeres muestran mayor preocupación y un mayor compromiso y disponibilidad a hacer cambios para mejorar la sostenibilidad. Este mismo informe también señala que las mujeres actuarían de forma diferente a los hombres ante la toma de decisiones asociadas al cambio climático en puestos de dirección.

La sociedad no se puede permitir esa falta de perspectiva. Las mujeres debemos ser oídas y escuchadas. Y el reto implícito para nuestra universidad debe ser la formación de profesionales que no solamente sean buenos en su materia de estudio, sino que sean permeables a todas las perspectivas y capaces de escuchar a sus interlocutoras desde la igualdad.”

Paz de Corral Gargallo

Ciencias de la Salud

Profesora (jubilada) de Psicología Clínica en la Facultad de Psicología

Paz De Corral Gargallo

“Agradezco mucho a la Universidad del País Vasco este reconocimiento externo por haber trabajado más de 30 años como Profesora Titular de Psicología Clínica en esta Universidad. Me jubilé hace 10 años y mi sorpresa ha sido mayúscula cuando recibí personalmente la llamada de la Rectora para comunicarme este reconocimiento. Mi grupo de investigación, dirigido por el profesor Enrique Echeburúa, tenía diferentes líneas de trabajo. Una de las más importantes ha sido todo lo relacionado con el conocimiento de los efectos de las agresiones sexuales y del maltrato de pareja en las mujeres, así como su posterior recuperación con intervención psicológica. Nuestros objetivos eran principalmente recuperar a esas mujeres, fortalecer su salud mental y ayudarlas a tomar sus propias decisiones en relación con la separación, la denuncia, la autonomía económica, la protección de los hijos, etc.

Paralelamente nuestro grupo llevó a cabo una enorme labor educativa y social en estos temas con distintos gremios profesionales: policía municipal, Ertzaintza, psicólogas, abogadas, médicas y jueces y fiscales. Esta labor se llevó a cabo primero en Gipuzkoa y después en Álava y Bizkaia. Hoy todos estos profesionales tienen su específica formación en sus propios programas.

Los años iban pasando e íbamos conociendo mejor los graves efectos psicológicos de la violencia machista y contamos con programas de tratamiento efectivos para las mujeres afectadas. Asimismo, hemos elaborado perfiles de los hombres maltratadores a través de ellas y desarrollado programas de tratamiento para ellos. Cuando tuvimos los primeros datos, empezamos a publicarlos y fueron muy bien aceptados. Nos empezaron a llamar de otras Universidades españolas y extranjeras y nos pedían mucha formación en doctorados, cursos de verano, etc.

Otra de las líneas de mi grupo de investigación eran las adicciones. En este caso la Asociación Ekintza-Dasalud brindaba apoyo social a personas con ludopatía y nosotros les ofrecimos programas psicológicos específicos para hacer frente a este problema. Al principio solo iban hombres. Decidimos estudiar a las mujeres y conocer por qué no pedían ayuda. Así es que abrimos una línea específica para mujeres e investigamos a fondo lo que les pasaba para poder ayudarlas.

Han sido muchas las alumnas y becarias de colaboración las que han participado en estos proyectos y algunas otras becarias de investigación que han hecho sus tesis doctorales sobre estos temas, con la colaboración también de diversos profesores que a día de hoy son catedráticos o profesores titulares de otras universidades. Quiero destacar a Pedro Amor, antiguo alumno y doctor de la UPV/EHU y hoy profesor titular de la UNED, que, además de haber hecho la tesis doctoral sobre el maltrato, sigue trabajando en la actualidad en estos temas. A todas estas personas mi agradecimiento, a quienes hago extensivo este reconocimiento.”

Maggy Barrère Unzueta

Ciencias Sociales y Jurídicas

Departamento de Derecho Administrativo, Constitucional y Filosofía del Derecho de la Facultad de Derecho

Maggy Barrère Unzueta

“Voy a escribir estas líneas desde la que en los siete últimos años constituye mi aportación a una universidad más igualitaria fuera de mi actividad investigadora: mi participación en la Clínica Jurídica por la Justicia Social.

La Clínica Jurídica por la Justicia Social (CJJS) surge en la Facultad de Derecho en 2016. Es un proyecto que cuestiona –por un lado- la manera en que se imparten las enseñanzas jurídicas en las Facultades de Derecho y –por otro- un modelo de universidad ajeno a las desigualdades sociales. Sus premisas son dos: 1) que el sexismo, el racismo, el clasismo, el capacitismo, el heteronormativismo, las llamadas fobias (homofobia, transfobia, xenofobia) etc., son fenómenos endémicos y que, por lo tanto, ante los mismos no hay un Derecho “inocente”; y 2) que en la cultura jurídica se reproduce acríticamente un –injusto- statu quo.

En este sentido, la “despatriarcalización” del Derecho y del conocimiento jurídico ha estado presente en la CJJS desde su gestación. La praxis del feminismo jurídico o iusfeminismo ha sido, de hecho, uno de sus leit motiv. Tanto es así que el falso universalismo (o, por decirlo de otra manera, la exclusión explícita e implícita de las mujeres y, por tanto, de sus intereses, necesidades y experiencias) del Derecho y de los derechos, funciona como principio epistemológico de las sesiones de formación y de los trabajos que siguen el itinerario de la clínica. La violencia y la discriminación se estudian y tratan desde los sistemas de poder, y desde esa perspectiva sistémica se estudian los casos. Las experiencias de violencia y discriminación narradas en primera persona y la utilización de una perspectiva sistémica, pero plural (no enfocada exclusivamente en el sistema sexo-género), permite comprobar que el patriarcado no funciona de la misma manera para todas las mujeres y que los casos de violencia y discriminación interseccional y acumulativa (mujeres migrantes, sin papeles, no blancas, con discapacidades, lesbianas, trans, intersexuales, que se dedican a la prostitución, etc.) son los más complejos y difíciles de abordar.

Los másteres y postgrados en igualdad –y ahora hablo desde la historia personal- no resultan suficientemente atractivos para el alumnado de Derecho. Incluso quienes en 1º curso del grado dicen estudiar Derecho para contribuir a la igualdad, cuando terminan el 4º curso olvidan sus propósitos. Algo hay, pues, en los estudios jurídicos, que desactivan ideales. Por eso hay que ofrecer al alumnado posibilidades de trabajar desde el feminismo (y otros ismos que desarrollan un pensamiento crítico) antes de que finalicen el grado, y uno de los objetivos fundamentales de la CJJS es dar un pequeño paso en esa dirección.”

Enkarni Gómez Genua

Ingeniería y Arquitectura

Profesora del Dpto. de Física Aplicada de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura

Enkarni Gómez Genua

“Empecé los estudios de ingeniería porque me gustaba la física y las matemáticas. No esperaba encontrar muchas chicas, sabíamos que la ingeniería era cosa de los chicos. Por eso no me sorprendió que fueran pocas las chicas. Hacer el doctorado después de los estudios era una continuidad, tras lo cual, empecé a trabajar en la Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica de Minas de la UPV/EHU. Allí también éramos pocas mujeres, tanto profesoras como alumnas.

Cuando comencé a trabajar empecé a reflexionar sobre todo aquello. Encontré un libro de Evelyn Fox Keller, ‘Reflexiones sobre Género y Ciencia’, y me di cuenta de todas las vivencias vividas en aquellos años, como si hasta entonces no hubiera tenido tiempo de pensar en ello. Entonces en mí surgió una especie de sensación o sentimiento confuso que ha estado conmigo hasta nuestros días.

Me acerqué así al feminismo y con las compañeras de mi entorno le llamamos grupo KE con el objetivo de leer y debatir sobre ciencia. En todo este camino he acompañado a Lourdes Domínguez Carrascoso. El conocimiento feminista es un conocimiento colectivo que no se puede hacer en absoluto en soledad.

Cuando miro hacia atrás y hacia adelante en este momento del recorrido no sé dónde está la distancia mayor, cuanto se ha hecho o está pendiente de hacer.

Las mujeres seguimos siendo una minoría en el campo de la ingeniería, pero igual de importante me parece también la gran diferencia que hay en el ámbito del cuidado, donde los hombres son una minoría. Esto significa que yo creo que no hemos cambiado los cimientos de nuestra sociedad patriarcal y capitalista. Las cifras son sólo síntomas. Por eso no vamos a cambiar esas bases ni esas estructuras de cara a los números. Cuántas chicas por aquí, cuántos chicos por allá. Si el problema está en la estructura, poniendo color morado a la fachada o las plantas en los balcones el edificio quedará intacto. Fingirá, pero cambios profundos no.

Es fácil decir que queremos poner a la vida y a las personas en medio, pero para eso hacen falta políticas reales.

En cuanto a la docencia, en nuestro ámbito es muy escasa una docencia con mirada feminista. Genera grandes resistencias y queda en manos del profesorado. No está incrustado en ningún momento en el currículum.”

Lourdes Arrien Marina

Personal de Administración y Servicios

Biblioteca. Facultad de Medicina y Enfermería (Donostia)

Lourdes Arrien Marina

“He perdido la cuenta de los años que llevo trabajando en la Universidad (deben de ser casi 30) y todos ellos en la biblioteca. Y aunque, a veces, parece que a las bibliotecarias no nos interesa lo que pasa en el mundo y que podemos trabajar en cualquier área del conocimiento (y en parte es así), la verdad es que cada libro que pasa por nuestras manos (lógicamente algunos más que otros) nos van construyendo y van dejando su poso, su esencia. Yo tuve la suerte de trabajar muchos años en la biblioteca de la entonces Escuela de Magisterio y creo que es inevitable que me contagiara del empuje pedagógico y las ganas de cambiar el mundo a través de la enseñanza que transmitía su profesorado.

Más tarde, avatares de la vida me llevaron a la Facultad de Medicina y Enfermería. Si la Enfermería es una profesión copada por las mujeres, la medicina está a punto de serlo. Aquí tuve la suerte de que me ofrecieran ser parte de la Comisión de Igualdad de la Facultad, representando a la sección, una Comisión nueva de la que poca gente quería formar parte. A mí, que soy del área de Geografía e Historia por formación, me pareció una idea interesante. Por otro lado, al no ser mi área de conocimiento las Ciencias de la Salud, a la hora de organizar ciertas actividades tenía mis limitaciones y no tenía mucho que aportar. Por eso, y dado que, al estar en la biblioteca, sobre todo lo que tenemos es acceso a muchísima información, propuse que me encargaría de elaborar sendos boletines, uno relacionado con el 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia de Género y otro relacionado con el 8 de marzo.

Y así cada año, cuando llega esta fecha en la que las mujeres tomamos las calles y el color morado se pone de moda, podemos dar a luz un boletín que, gracias a la ayuda de mi compañero y también miembro de la Dirección de Igualdad Julen Zabala, se ha convertido en casi una pequeña revista donde recopilamos el fondo bibliográfico que la Biblioteca Universitaria va adquiriendo y que reflejan el debate y la producción editorial contemporánea en temas como maternidad/paternidad, género y diversidad sexual, masculinidades, mujeres y ciencia ó feminismos.

Una forma de homenajear a quienes han sido, son y serán, a quienes en el pasado nos han allanado el camino hacia la igualdad y a quienes, en el presente, nos lo van allanando cada día. Desde aquí, solo queda darles gracias infinitas.”

Vicky Ateca Amestoy

In memoriam

Facultad de Economía y Empresa (Donostia)

Vicky Ateca Amestoy

En diciembre, de forma inesperada y repentina, nos dejó Vicky Ateca. Como dicen sus compañeras “fue voz autorizada en el campo de la Microeconomía Aplicada y de la Economía de la Cultura a nivel internacional, especialmente en el ámbito de la participación cultural, los hábitos de consumo, el capital cultural y las transformaciones de la tecnología”

In memoriam: Vicky Ateca Amestoy