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¿A qué saben los mubles?

  • Crónica

Fecha de primera publicación: 17/06/2021

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Cata de mubles en la Estación Marina de Plentzia. Foto: Tere Ormazabal. UPV/EHU..

En cuanto a pescado se refiere, no todo en la dieta tiene por qué ser lubina, besugo o chicharro. ¿Por qué no atreverse a comer un muble al horno, ahumado, en escabeche o a la parrilla?

Para un paladar sin prejuicios los mublees (también se les conoce como corcones) tienen un gran valor nutricional y un buen sabor. De hecho, en países como Japón y algunos otros del sudoeste asiático llegan a pagar hasta 800 euros por las huevas de corcón.

Además, estos peces, sorprendentemente, esconden muchos secretos positivos. Es, verdaderamente, un pescado generoso, incluso fascinante si se evalúan sus bondades nutricionales. Y tiene mucho que ofrecer en gusto, texturas y, sobre todo, en calidad. Vayamos por partes...

Investigadores e investigadoras de la Universidad del País Vasco, Gaiker, Kardalan e Ikaslan han trabajado los últimos años en el proyecto Akura, un plan para desarrollar un sistema sostenible para la cría en cautividad de corcones.

Inicialmente, plantearon trabajar con lubinas, pero se desechó por tratarse de una especie bastante estudiada en acuicultura. La apuesta, finalmente, fue por el muble “Es una especie sin apenas tradición en cultivos de acuicultura y de la que se conocía muy poco en cuanto a hábitos, ciclos reproductivos... Asimismo, los análisis que hemos realizado indican que su contenido de grasa en músculo es alto, una característica del pescado azul. En definitiva, una carne muy saludable”, explica Alberto de Diego, investigador del grupo IBeA (Ikerketa eta Berrikuntza Analitikoa) de la UPV/EHU.

El viernes pasado, la Estación Marina de Plentzia PiE, que guarda en sus instalaciones más de un millar de corcones criados en cautividad, ha acogido una cata de estos, con el fin de prestigiarla como especie de consumo humano.

Andoni Txintxilla, cocinero de Zumaia, fue el encargado de preparar los mubles para que lo degusten 25 invitados. Los ahí congregados han podido catar ocho platos de corcón: ahumado, en escabeche, con algas, acompañado de kéfir, convertido en salchichón y mortadela, caviar de muble y botarga.

“Eso no me lo como”

“Es un pescado esplendido, con mucha grasa, que permite una gran polivalencia. Aunque, siendo eso así, muchos dirán todavía que ‘eso no me como’.  Hay que renovarse y probar especies novedosas para nosotros”, explica Txintxilla.

El cocinero invitó a los presentes a que salgan de la zona de confort y den una oportunidad a un pescado que en Asia y otras partes es considerado un manjar.

“Me ha recordado al verdel. La verdad es que ha sido toda una experiencia probar los ocho platos del menú, no me imaginaba todas las posibilidades que tiene este pescado. Tengo que decir que me ha sorprendido gratamente su preparación como mortadela o salchichón. Y si encima su grasa es sana, ¿por qué no lo vamos a comprar en la pescadería?”, se cuestiona Josu, que ha sido uno de los invitados a la cata.

Maite, otra de las participantes en la degustación, tiene claro que hay que superar las connotaciones negativas del muble.

“Vemos que bien cocinado es un pescado gozoso, muy manejable. Me gustaría probarlo al horno o a la parrilla, seguro que está delicioso”.

No todo lo que brilla es oro dice el refrán popular, y en este caso se puede afirmar que no todo lo sabroso es apetecible en un principio. ¿Te atreves a probar muble?