euskaraespañol

Las clínicas jurídicas: terremotos sociales

La UPV/EHU impulsa este modelo pedagógico que combina la formación, la practica real y la finalidad social

  • Reportajes

Fecha de primera publicación: 12/12/2017

Imagen
De izquierda a derecha: Julieta Barrenechea, Joseba Eceiza, Itziar Alkorta, Marie Deramat y Sophie Herrera. (Mitxi. UPV/EHU)

En el encuentro internacional de la Red de Docencia Universitaria, organizado por la Universidad del País Vasco, se analizó la clínica jurídica como experiencia pedagógica comprometida con el desarrollo social sostenible. La Clínica Jurídica por la Justicia Social de la UPV/EHU, la Clinique du Droit de la Universidad de Burdeos y el Campus Ocean Experiences, que llevan a cabo conjuntamente ambas universidades, son tres ejemplos de clínicas jurídicas analizados en el congreso. “Este modelo de aprendizaje es un terremoto que co-transforma la sociedad”, en palabras de Sophie Herrera, directora de Ocean Experiences.

Por otro lado, el viernes, 15 de diciembre, en el 6º Encuentro de Clínicas Jurídicas Universitarias se analizará la función de la clínica jurídica como modo de aprendizaje y servicio. La directora de la Clínica Jurídica por la Justicia Social de la UPV/EHU, Maggi Barrère, participará en la jornada organizada por la Universidad de Alcalá.

El modelo de clínica pedagógica está sustentado en tres pilares: la formación teórica, la formación práctica y la conciencia social. El alumnado trabaja con casos jurídicos reales para ofrecer soluciones reales a problemas sociales reales, bajo la supervisión del profesorado. “Con este modelo de aprendizaje el alumnado tiene un doble tutor: la sociedad y la universidad. Y de esta manera, quien está a punto de finalizar sus estudios con amplios conocimientos teóricos adquiere seguridad y se ve capacitado para aplicarlos en la realidad”, explica Marie Deramat, coordinadora de la Clinique de Droit de la Universidad de Burdeos.

La Clinique du Droit de la Universidad de Burdeos tiene en la actualidad 400 estudiantes del último curso que atienden un servicio de información jurídica al que recurren asociaciones y personas con casos reales. Organizados en equipos de dos o tres personas, escuchan, consultan y ofrecen alternativas a las solicitudes de información. “En este proceso, el alumnado adquiere autoconfianza, se posiciona ante los problemas sociales, aprende a escuchar, pensar y reflexionar. El profesorado acompaña; aunque en sus orígenes, hace cinco años, hubo cierta resistencia por parte de la universidad y los profesionales –reconoce Deramat--. Sin embargo, hoy día se están abriendo los campos clínicos a otros proyectos como la investigación de problemas sociales”.

Compromiso social

En la Facultad de Derecho de la Universidad del País Vasco, este modelo pedagógico tiene su desarrollo a través de la Clínica Jurídica por la Justicia Social que nació hace año y medio. Es una experiencia joven puesta en marcha, entre otros, por los profesores de la Facultad Maggy Barrère y Joseba Eceiza. Su objetivo es abrir nuevas relaciones e intercambio de experiencias entre la actividad docente universitaria, el alumnado y la sociedad. “Todo el mundo aprende –dice la directora de la Clínica Jurídica por la Justicia Social—. A través de la clínica se mueven las relaciones entre el profesorado y el alumnado y surgen otras formas de adquirir conocimientos, de modo menos tradicional”. Por su parte, Joseba Ezeiza asegura que “el alumnado está en disposición de indagar y convertirse en un agente activo y participativo en la sociedad. Y esa es la principal función de nuestro modelo pedagógico”. 

La clínica centra su trabajo en la justicia social y colabora con personas y asociaciones directamente implicadas en esa área. Al alumnado le hacen llegar las consultas y las demandas relacionadas con los Derechos Humanos, con la discriminación por la raza, la clase, la orientación sexual… “El objetivo es favorecer la reflexión y revolver los cimientos de la ciencia jurídica, ya que quien estudia y ejerce el Derecho también incide en la política. No solo los parlamentos son fuentes jurídicas, también la sociedad”, asegura Maggy Barrère, quien el próximo 15 de diciembre en el 6º Encuentro de las Clínicas Jurídicas de las Universidades, organizado por la Universidad de Alcalá, hablará sobre ‘Las clínicas jurídicas como aprendizaje servicio’.

Innovación

Con la misma filosofía nace el Laboratorio de Justicia Social, experiencia dirigida al alumnado de los primeros cursos de la Facultad de Derecho que llega con inquietudes sociales. “Pretendemos mantener y fomentar esa sensibilidad, el pensamiento crítico y la capacidad de comunicación para que en el momento de realizar el Trabajo Fin de Grado y el Trabajo Fin de Máster, la principal preocupación sea la propia investigación”, explica Ezeiza. El proyecto ha nacido este mes de noviembre con vistas a desarrollarlo en los próximos cuatro años.

La Universidad del País Vasco y la Universidad de Burdeos también colaboran en el proyecto transfronterizo Oceans Experiences, vinculando la universidad y la sociedad. “Doce estudiantes de ambas universidades, con tradición académica diferente, han trabajado directamente con las comunidades del área comprendida entre la Bahía de Txingudi y San Juan de Luz. Han detectado sus necesidades, elaborado informes jurídicos y, junto con los agentes sociales de la zona transfronteriza, preparado un plan de actuación que se pondrá en marcha en junio de 2018”, explica Itziar Alkorta, doctora en Derecho de la UPV/EHU y una de las impulsoras de la Clínica Jurídica por la Justicia Social.

Sostenibilidad

El Fuerte de Sokoa será el lugar-emblema del proyecto que, además de representar el vínculo universidad-sociedad propio de una clínica jurídica, “es un laboratorio a cielo abierto en la bahía para desarrollar proyectos empresariales sostenibles en contacto directo con los agentes sociales”, destaca Julieta Barrenechea, doctora en Filosofía por la UPV/EHU y responsable del Proyecto Campus Oceans Experiences-Fuerte de Sokoa.

El Campus Ocean Experiences está promovido y dirigido por la profesora de la Universidad de Burdeos Sophie Herrera. En su opinión, “las clínicas jurídicas constituyen una revolución para el alumnado, la universidad y la sociedad. Este modelo pedagógico es un terremoto horizontal que no solo ‘co-crea’, sino que ‘co-transforma’ nuestro ecosistema. A través de este modelo se cumple una labor pedagógica y social ofreciendo puntos de vista diferentes sobre los problemas. Las clínicas jurídicas son terremotos sociales”.