Cuéntenos qué haría, si estuviese en sus manos, para convertir en realidad el título de su conferencia: el sueño de alcanzar la paz en el mundo.

Creo que los humanos tendrían que nacer de nuevo, con corazones capaces de reconocer y lamentar sus propios errores. Creo que es la única forma para las personas de todo el mundo: verse en los demás y tratar de resolver sus diferencias de una forma pacífica. Desafortunadamente, muchas personas no conocen la guerra, no saben que en la guerra todo el mundo sale perdiendo. Y los que más pierden son las mujeres, los niños, los civiles... Y los sueños que se quieren lograr con la guerra nunca se consiguen, ¡son sueños!

¿Cómo se ha convertido un experto en política exterior como usted en uno de los cinco miembros del comité que elige los candidatos al Premios Nobel de la Paz?

Fue pura suerte. Había un candidato que se sugirió al parlamento noruego, pero el parlamento lo rechazó. Luego propusieron a Rasmussen, el ex secretario general de la OTAN, y algunas personas se pusieron en contacto conmigo para decirme: "Esto es imposible, porque Rasmussen es un hombre de guerra, no es un hombre de paz. Tienes que presentarte". He tenido que dejar mi trabajo en el Instituto Nobel, donde he sido director de investigación, y ahora soy miembro de este comité de cinco personas. Es un milagro de milagros: he gustado a los otros partidos del parlamento. Así que he recibido mensajes de texto que decían: "Eres un muy buen candidato". No creo que me quieran tanto, creo que simplemente les desagrada tanto el otro candidato, que creen que soy maravilloso. Así que tuve suerte.

¿Cómo se elige un Premio Nobel de la Paz?

Cada año tenemos alrededor de 350 nominaciones, y el premiado se elige de la misma manera que se hace una buena salsa: la hierves y la reduces. El comité va eliminando a los candidatos, y al final, cuando quedan tres o cuatro candidatos, empieza la gran batalla. Los cinco nos sentamos alrededor de la mesa y discutimos. Y esto tiene lugar durante todo un día. Pero es una cuestión de persuasión y respeto; tienes que respetar a las otras personas. Y al final, el comité decide sobre un candidato. Y no puedes esperar ganar, pero puedes evitar cosas que realmente no quieres. Así es como se hace.

De la lista de los premiados Nobel de la Paz, ¿cuál considera que representa mejor los valores del premio?

1936, Carl von Ossietzky. Era un periodista que fue apresado en un campo de concentración por los nazis. En 1936 mucha gente apoyó o respetó que la Alemania Nazi obtuviera los Juegos Olímpicos, y el comité Nobel le dio el Premio de la Paz a Carl von Ossietzky. Hitler estaba muy furioso. Y este fue un momento para estar muy orgullosos, porque nadie quería enfrentarse a los nazis en 1936, y el Premio Nobel de la Paz vio que los nazis crearían la guerra. Y lo vio antes que otras personas. Y creo que es un buen legado.

¿Y qué opinión le merece que en esa lista de los premiados Nobel de la Paz se encuentren Henry Kissinger o Shimon Peres, por ejemplo?

La gran pregunta es: ¿Por qué este pequeño comité de este pequeño país acertó tantas veces? Esta es la gran pregunta. Es un premio que ha llegado a Martin Luther King, al Dalai Lama, a la Madre Teresa... Y la lista sigue y sigue. Es el premio más prestigioso del mundo. Seguro que algunos premios han sido desafortunados, pero muy pocos.

Es usted una figura de primer nivel de la diplomacia mundial. Con la cantidad de frentes abiertos que tenemos en la política exterior, dígame: ¿Qué es lo más importante y urgente?

Necesitamos mejorar las relaciones con Rusia. Esto es lo más importante. Las relaciones entre la OTAN y Rusia han empeorado mucho, y si continuamos así, habrá guerra. Es una guerra que no creo que los rusos quieran, y nosotros tampoco la queremos. Así que tenemos que encontrar una manera de vivir juntos con los rusos, y esto es difícil debido al régimen en Moscú. Es difícil, porque Putin ha desestabilizado a los países independientes de sus fronteras. No es algo que podamos mirar hacia otro lado o perdonar, pero tenemos que encontrar una manera de vivir juntos en paz. Y creo que esta es la mayor tarea en la agenda internacional ahora mismo para la paz. Desafortunadamente, lo que está sucediendo en África y en Oriente Medio con la radicalización del islamismo no desestabiliza al mundo entero. Es horrible y deberíamos trabajar en ello, pero un conflicto entre las grandes potencias es el conflicto más destructivo del mundo. Y si comenzamos a disparar, no estoy seguro de si vamos a poder detenernos antes de usar armas nucleares. Y esto es algo que me mantiene despierto por las noches, es mi peor pesadilla: una guerra nuclear.

¿Qué opina del País Vasco?

Creo que el País Vasco es el país de los Dioses. Creo que es lo más hermoso de Europa. He pasado mucho tiempo en el País Vasco. Amo la nación vasca, amo la comida, amo el paisaje, amo la forma en que construís vuestras casas. Siempre es maravilloso volver aquí. Pensaréis que digo esto en cada país que voy, y no, no es así. No me gustan todos los países por igual. Si no fuera noruego, me gustaría ser vasco. Tenéis algo precioso aquí.