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Felipe Aurtenetxe y Elena Usabiaga, I Premio Peña Ganchegui

«Tal vez haga falta que el alumnado de arquitectura vuelva a dedicar tiempo a un análisis más profundo de las obras»

  • Entrevista

Fecha de primera publicación: 10/04/2018

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El Premio Peña Ganchegui tiene como objetivo distinguir a los jóvenes arquitectos vascos más destacados. El galardón está convocado por el Archivo Peña Ganchegui, en colaboración con la Dirección de Vivienda y Arquitectura del Gobierno Vasco. El estudio PAUZARQ, con Felipe Aurtenetxe y Elena Usabiaga al frente, ha obtenido el Premio Peña Ganchegui, en esta primera edición. Ambos arquitectos han sido alumnos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UPV/EHU. 

¿Qué supone para vosotros el Premio Peña Ganchegui?

En un momento difícil de la profesión, en el que te surgen muchas dudas, un reconocimiento como este supone un impulso muy importante para seguir adelante. Pensamos que es un premio necesario para impulsar la joven arquitectura y además creemos que tiene la vocación de convertirse en un foro de encuentro entre jóvenes arquitectos del entorno. Esperamos que tenga una larga trayectoria.

¿Qué destacaríais de Peña Ganchegui? ¿Qué aprender de Peña Ganchegui? En el ámbito de la arquitectura y el urbanismo / en el ámbito de lo personal

De Peña Ganchegui destacaríamos su capacidad para saber leer el lugar, estableciendo un diálogo respetuoso con lo existente, ya sea el entorno natural o construido. Esto también está relacionado con su particular mirada sobre lo local y la arquitectura tradicional. Es capaz de proponer una arquitectura que adapta los principios abstractos y generalistas de la arquitectura moderna a las condiciones culturales del lugar en el que se asienta. Creemos que Peña Ganchegui es un referente de una manera muy honesta de hacer arquitectura, y esto abarca tanto la esfera profesional como la personal.

¿Nos podríais contar vuestro proceso de trabajo?

Normalmente cuando nos enfrentarnos a un nuevo proyecto no comenzamos directamente a plantear propuestas, sino que dedicamos un tiempo a reflexionar sobre el tema, conversando, intercambiando ideas previas, comentado referencias y objetivos. Esto supone una fase de conversación más abstracta antes de empezar a dibujar nada. De esta manera, cuando nos enfrentamos a las primeras propuestas, ya tenemos acotadas y consensuadas las intenciones generales del proyecto.

¿Qué pensáis de los concursos de arquitectura?

Creemos que es una manera de acceder a un tipo de proyectos muy interesantes. Sin embargo, también es verdad que las condiciones que se plantean en las bases de los concursos hacen imposible a mucha gente el poder participar. También creemos que en algunos casos se deberían revisar ciertos aspectos, como la composición de los jurados, la documentación a entregar o los criterios de puntuación, para tratar de seleccionar las mejores propuestas basándose exclusivamente en criterios arquitectónicos. Nosotros por el momento no hemos explotado mucho esta vía, hemos trabajado más bien por encargos privados de menor escala. Para nosotros ha sido una buena manera de iniciarnos profesionalmente porque son trabajos en los que puedes aprender y controlar de manera directa todos los aspectos del proyecto, tanto en fase de diseño como de obra.

¿Cuáles son vuestras referencias? ¿Alguna referencia no arquitectónica?

Tenemos referencias variadas, tanto arquitectónicas como de otra índole. Al final todo va influyendo en tu trabajo, desde viajes realizados, lecturas, visitas… Normalmente nos fijamos en proyectos de pequeña escala y seguimos a estudios con obras que se aproximan al tipo de trabajo que hacemos nosotros. También nos gusta no perder de vista obras de otra época que podrían calificarse de clásicos arquitectónicos.

¿Consideráis adecuada la formación recibida en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura? ¿Qué aspectos mejoraríais?

La formación que se recibe hoy en día en el centro ya ha cambiado respecto de la que recibimos nosotros. El intento por implantar una formación dual de cara a los últimos años de carrera supone un considerable avance en este sentido. Creemos que, para seguir mejorando, los nuevos cambios se deberían orientar hacia conseguir una mayor madurez o capacidad de crítica arquitectónica al finalizar la formación.

Los dos habéis tenido experiencia docente en la asignatura de Proyectos. ¿Ha cambiado la docencia respecto a cuándo estudiasteis vosotros? ¿Y el alumnado, está más o menos preparado?

A rasgos generales la docencia en proyectos sigue siendo similar a la que conocimos en nuestra época en el centro. Tal vez, hoy en día exista una mayor tutorización hacía el alumno por parte del profesorado, especialmente en lo que al proyecto fin de grado y máster se refiere. Sin embargo, creemos que, aunque parezca paradójico, no habría que perder de vista que ese seguimiento más personalizado debería centrarse en que el alumno alcance una mayor independencia o capacidad de análisis y decisión individual. Y todo esto sin restar importancia a las correcciones en público, que suponen un importante ejercicio de síntesis y reflexión para el alumno. Hoy en día los estudiantes están más influenciados por las publicaciones digitales, por un consumo de información muy visual e inmediato. Tal vez haga falta volver a dedicar tiempo a un análisis más profundo de las obras.

¿Qué consejo le daríais a un estudiante de primer año de arquitectura? ¿Y a un recién titulado?

Si estás comenzando en arquitectura, deberías saber que es una carrera y una profesión que requiere mucho esfuerzo y dedicación, que acaba abarcando muchos aspectos de tu vida. Pero, aunque es complicado el esfuerzo merece la pena. Si acabas de terminar la carrera deberías ser consciente de que este no es más que el final de una etapa, pero que deberás seguir aprendiendo y formándote día a día.