euskaraespañol

Aprender y difundir la alfarería vasca

June Larzabal, titulada en Creación y Diseño, diseña para su Trabajo Fin de Grado diferentes recipientes culinarios, utilizando arcillas de cuatro municipios vascos

  • Noticias

Fecha de primera publicación: 26/05/2022

Imagen
June Larzabal con los platos que ha diseñado. | Foto: UPV/EHU

Lurlau, una combinación de las palabras en euskera “tierra” y “cuatro”, es el título del Trabajo de Fin de Grado (TFG) de June Larzabal, alumna del Grado en Creación y Diseño de la Facultad de Bellas Artes de la UPV/EHHU. Lurlau es un proyecto de diseño de recipientes culinarios, utilizando arcillas locales recogidas en cuatro municipios del País Vasco: Zuia, Elosu (Legutio), Eskoriatza y Aretxabaleta.

El TFG, que fue calificado con la máxima nota (10), incluye también el diseño de un packaging y una identidad gráfica de los platos que June Larzabal ha creado con arcilla. “A través de la investigación de la tradición de la alfarería vasca, el proyecto pretende explorar los orígenes del oficio y el proceso artesano y combinarlo con las nuevas tradiciones del diseño, para crear una relación entre la artesanía y lo contemporáneo”, detalla June Larzabal.

Sobre los orígenes de la idea del proyecto, recuerda que partió porque en su pueblo, Eskoriatza, hay un horno de cerámica antiguo que se conserva y siempre le interesó la cuestión. “Pensé en coger arcilla de mi pueblo y hacer algo”, rememora.

Larzabal comenzó a investigar sobre diferentes arcillas, lo que le llevo al Museo de la Alfarería Vasca en Ollerías (Elosu, Álava) y a trabajar con Blanka Gomez de Segura, una maestra alfarera que le enseño acerca de los diferentes tipos de barros y que colaboró con ella en partes del proceso de la creación de las piezas para el TFG. “Con las aportaciones de Blanka Gomez de Segura quise inspirarme en la cerámica vasca tradicional y darle un toque moderno”, detalla.

Las arcillas se han recogido en zonas concretas que Larzabal ha elegido en base a estudios y referencias bibliográficas, así como referencias de expertas en el material como Saioa Altzua, responsable del Museo Horno de Zubiate (Eskoriatza), que le dieron la idea de cómo acotar los espacios para elegir la arcilla o le dieron directamente arcilla en la que trabajar (la persona que le dio las arcillas fue Blanka Gomez de Segura), ya recogida antes. Así, las arcillas que ha utilizado vienen de Eskoriatza, Aretxabaleta, el pantano de Villareal (a la altura de Elosu), además de una arcilla de Ametzaga (Zuia), en el río Bayas, que solamente puede cogerse durante el verano, cuando el río está seco.

Parte de un bloque del Trabajo de Fin de Grado está relacionado con la investigación sobre la cerámica autóctona vasca, que tiene una larga tradición especialmente en la provincia de Álava. “Es el territorio en que mayor actividad alfarera se ha detectado, no solamente por el número de talleres sino por la calidad de sus productos y la importancia que tuvieron sus talleres alfareros”, relata. Fue sufriendo un declive y la modernización “hizo que los alfareros se adaptaran, pero la mayoría fue abandonando su trabajo hasta el punto en el que prácticamente no se hallan hoy en día alfareros en Euskal Herria”.

Variaciones del barro

Con respecto a las piezas que ha presentado en su TFG, se trata de un juego de platos hondos en un mismo molde, pero ligeramente diferentes entre sí, diseñados en varios colores que varían en función del barro de cada zona que se ha utilizado para la elaboración. Son de “ejemplos de experimentar” las variaciones del barro de cada zona, ya que “depende mucho de la zona y de la tierra”, al hornearlos a diferente temperatura y con diferentes secados, tienen colores diferentes y resultados físicos diversos. Un experimento de prueba y error en el que ella “quería que se viera la diferencia de tono”.

Como estudiante de Diseño, su trabajo también ha incluido un diseño de marca, de identidad gráfica y de packaging para la venta de los platos, con la intención, según la alumna, de dar al proyecto una imagen completa, de investigación, creación y venta de las piezas, que también se basa en la idea de los cuatro barros de las cuatro regiones.

En este momento, June Larzabal se encuentra trabajando los fines de semana en el Museo de Alfarería Vasca de Ollerías, especializándose en aprender sobre la cerámica junto a Blanka Gomez de Segura, directora del museo. Tal como explica la propia estudiante, sigue “aprendiendo” cada día este antiguo oficio y le gustaría “poder dedicarse profesionalmente” a trabajar como ceramista, formando parte de un taller.

El proyecto Lurlau formó parte de la muestra colectiva de los trabajos de fin de grado relacionados con la exposición organizada por la Facultad de BBAA que se llevó a cabo en el Bizkaia Aretoa.