"Cerca de 120 estudiantes de primer curso del Grado de Educación Primaria han participado en la construcción de una charca en el Campus de Gipuzkoa de la Universidad del País Vasco, en colaboración con miembros del profesorado, del Personal de Administración y Servicios y de la Sociedad de Ciencias Aranzadi —explica Lidia Caño, profesora de la Facultad de Educación, Filosofía y Antropología. No se trata simplemente de una poza, sino de un proyecto de innovación educativa, un laboratorio natural, el pago de una deuda con los seres vivos y un punto de encuentro para la comunidad del campus.

El proyecto IHGEL (Ecosistema y Laboratorio Natural de los Grados de Educación para el Aprendizaje para la Sostenibilidad) es un proyecto innovador IKD i3 coordinado por Lidia Caño, que cuenta con la participación de dos miembros de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, dos miembros del Personal de Administración y Servicios y seis docentes —por el momento— de los grados de Educación. Su objetivo es transferir del papel a la vida real los contenidos y las competencias del decreto sobre el currículum de educación, planteando al alumnado problemas reales de sostenibilidad, para lograr que adopten decisiones críticas y emprendan acciones transformadoras.

¿Por qué una charca? A lo largo del siglo XX muchas charcas y humedales se han desecado y destruido a consecuencia de la actividad humana, poniéndose en peligro numerosas especies que dependen de ellos. La charca nos permite trabajar tres contenidos esenciales de la educación para la sostenibilidad: el cambio climático, la biodiversidad y la explotación sostenible de los recursos. Este año gracias a la charca hemos podido cultivar las competencias científicas y cívicas en las asignaturas de Ciencias Naturales y Ciencias Sociales, siendo la propia construcción de la poza una acción transformadora. Pero, además, el uso didáctico del estanque sirve para trabajar numerosos contenidos y competencias del currículum de diversas asignaturas.

El proceso de construcción también es muy importante, pues la creación colaborativa de un nuevo ecosistema fomenta la implicación de la comunidad del campus y su sentimiento de adhesión al estanque. Por un lado, todos y todas presenciaremos de forma directa la evolución del nuevo espacio, y, por otro, el propio proceso reforzará la motivación del alumnado para el aprendizaje y su apego hacia este entorno.

Además de hermosos laboratorios naturales de uso didáctico, los estanques constituyen un entorno idóneo para acercar al alumnado a la naturaleza. Igualmente, la creación de la charca atrae la fauna y flora local a este espacio del campus, de manera que el alumnado tiene la oportunidad de estudiar in situ las interacciones ecológicas mediante la observación y la exploración.

Además, el estanque del campus permitirá al alumnado de los grados de Educación —las maestras y maestros del futuro— conocer un recurso didáctico que encontrarán en los centros durante su vida profesional.  Y es que, gracias a la colaboración entre Aranzadi y los centros escolares, se han construido estanques en numerosos centros del País Vasco, así como en las Facultades de Educación de Vitoria y Bilbao. Fruto de esta colaboración, la Asociación de Ciencias Aranzadi ha establecido la Red de Charcas Escolares (https://www.urmaelaeskolan.eus/), y ahora tenemos la suerte de formar parte de este ecosistema educativo.

¿Te animas a saltar tú también a la charca?"