La memoria siempre nos recompensa con los buenos recuerdos: un aula oscura ha sido el espacio de nuestra escolarización. En ella aprendimos a leer, escribir, abriéndonos las puertas a un mundo nuevo, también fue el lugar para jugar con los amigos, donde pasamos frío y, en algunas ocasiones, no fue el lugar más alegre del mundo. De todos modos, las ventanas siempre nos abrían el camino de los sueños.

Un aula siempre está llena de emociones, cualquier objeto tiene su olor, su tacto, sus canciones, y en ella están presentes los iconos de la educación de otros tiempos: la campanilla, la hucha del Domund, los viejos carteles franquistas y la fotografía del dictador mirándonos fijamente, omnipresente. Estamos en el Museo de la Educación de la UPV/EHU. ¡Ven y descúbrelo!

Este es el espacio elegido por Paulí Dávila y Luis Mª Naya, catedráticos de Teoría e Historia de la Educación de la UPV/EHU.

Cómo llegar: 43.307164, -2.011465