euskaraespañol

Fomento del consumo de fruta y verdura en la infancia

Una tesis de la UPV/EHU demuestra la efectividad del empleo de los determinantes de la conducta para el consumo de ese tipo de alimentos

  • Investigación

Fecha de primera publicación: 23/07/2020

Imagen
María Arrizabalaga López. Foto: UPV/EHU.

La investigación de María Arrizabalaga López desarrolló un programa de intervención para el fomento del consumo de fruta y verdura en el colectivo escolar. El empleo de los determinantes de la conducta, basados en la Teoría de la Conducta Planeada, propició un aumento efectivo en el consumo de dichos alimentos entre escolares de 8 a 10 años.

Diversos estudios han demostrado que los hábitos adquiridos en la infancia tienden a mantenerse en la edad adulta, por lo que parece razonable esforzarse en la promoción de los hábitos de vida y alimentación saludables de los niños, niñas y adolescentes para que sean individuos sanos, y, además, adultos sanos en el futuro. Las frutas y verduras, en concreto, han sido proclamados como saludables a nivel mundial con el apoyo de la evidencia científica, mostrando una relación protectora con diferentes enfermedades y grandes problemas de salud, sobre todo, en países desarrollados. Claros ejemplos son la reducción de la mortalidad por cualquier causa, así como el aumento de la esperanza de vida, la disminución del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y sus factores de riesgo, como las disfunciones del perfil lipídico y la hipertensión, el efecto sobre el sobrepeso y la obesidad, la disminución de la probabilidad de padecer diabetes mellitus tipo II, así como  cánceres de distinto tipo, sobre todo los cánceres digestivos, y el efecto sobre otros problemas de salud, como son la depresión, el alzhéimer y los relacionados con la salud ósea.

Es evidente, por tanto, que el consumo adecuado de frutas y verduras es un elemento necesario para garantizar la salud y, durante las últimas décadas, como consecuencia de la evolución de los hábitos de vida, el consumo de esos grupos alimentarios ha quedado lejos de cumplir con las recomendaciones, tanto en el colectivo infantil como en el caso de los adultos. Con el fin de combatir esa tendencia, se plantea la necesidad de trabajar o elaborar estrategias que fomenten el consumo de fruta y verdura. En consecuencia, basándose en la educación nutricional, que ha demostrado ser una herramienta efectiva en esa labor, la tesis recientemente presentada por María Arrizabalaga López tuvo como objetivo principal la creación de un programa de intervención efectivo basado en determinantes del comportamiento para fomentar el consumo de frutas y verduras en escolares de 8 a 10 años.

Para alcanzar el objetivo propuesto, se diseñó un estudio aleatorizado, controlado y basado en clústeres, en el cual participaron un grupo control y un grupo intervención. Este último, recibió durante un curso escolar el programa de intervención PROFRUVE: una sesión de una hora cada 15 días (14 sesiones en total), diseñado expresamente en base a los determinantes del comportamiento por un grupo multidisciplinar. En concreto, se empleó la Teoría de la Conducta Planeada (Theory of Planned Behavior o TPB en inglés) en el diseño del programa para que resultara más efectivo. Esa teoría, además de haber demostrado ser efectiva a la hora de fomentar del consumo de frutas y verduras, se ha observado que es un modelo muy potente para explicar y predecir el propio consumo y la intención de consumir ese tipo de alimentos.

Acciones razonadas

El psicólogo social Icek Ajzen definió la teoría por primera vez y describió que los comportamientos son acciones razonadas (por ejemplo, comer fruta y verdura se realiza de una forma razonada), y que esos comportamientos están determinados por la intención que tienen las personas para llevarlos a cabo. Al mismo tiempo, en esa intención influirán tres determinantes: la actitud ante el comportamiento (“comer fruta y verdura me ayudará a normalizar mi colesterol” o “es agradable comer frutas y verduras”), las normas subjetivas (“mis familiares creen que yo debería comer más fruta y verdura”) y el control percibido sobre la conducta (“comer frutas y verduras es fácil”). Asimismo, el control percibido será un determinante que, además de afectar directamente a la intención (“quiero/deseo comer más fruta y verdura”), afecte también al comportamiento final, es decir, a aumentar el consumo de ese grupo de alimentos.

Tras la implementación de la intervención y las diferentes evaluaciones tanto de la evolución del consumo como de los determinantes de la conducta, se concluyó que el programa diseñado con el objetivo de aumentar el consumo de frutas y verduras en el colectivo escolar de 8 a 10 años resultó ser efectivo. El grupo intervención consumía en torno a media ración más de frutas y verduras al día nada más finalizar la intervención. El grupo control (el que no recibió el programa), por otro lado, no varió el consumo. Además, esa media ración diaria de más que consumían los niños que recibieron el programa PROFRUVE, la seguían manteniendo un año después de haber finalizado el programa. Este último apunte se subraya como relevante, ya que son pocos los estudios que han conseguido mantener el aumento a largo plazo y puede darnos una pista de que gracias dicho programa se ha conseguido incidir en los hábitos alimentarios de los hogares de los escolares, permitiendo que sigan comiendo más frutas y verduras respecto al principio, aun sin intervención.

Por otro lado, el estudio también demostró una mejora en los determinantes del comportamiento relacionados con un mayor consumo de fruta y verdura, sugiriendo que el cambio dado en ellos son los que han permitido que los niños que han recibido el programa y, por tanto, los que han trabajado los determinantes comportamentales, hayan aumentado el consumo. Aun así, se ha concluido que la obtención de la información sobre los determinantes en el caso del colectivo infantil es una tarea complicada y un reto al que hacerle frente en futuras investigaciones.

Información adicional

La tesis de María Arrizabalaga López, bajo la dirección del Dr. Bittor Rodríguez y la Dra. María del Puy Portillo, se ha desarrollado en el seno del grupo de investigación Nutrición y Obesidad del Departamento de Farmacia y Ciencias de los Alimentos de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea, perteneciente al Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn).

El programa de intervención PROFRUVE, eje central de la tesis, obtuvo el premio NAOS a la mejor estrategia de Promoción de la Alimentación Saludable en el Ámbito Escolar el año 2016 por la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición. La autora de la tesis contó también con una de las ayudas para la formación de personal investigador de la UPV/EHU, la cual permitió la consecución del trabajo de investigación.