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In memoriam: Ricardo Miralles Palencia

  • Crónica

Fecha de primera publicación: 15/11/2022

Ricardo Miralles Palencia
Ricardo Miralles Palencia | Foto: Fernando Gómez. UPV/EHU.

El pasado 12 de noviembre falleció en Bilbao nuestro compañero y amigo Ricardo Miralles Palencia, catedrático del Departamento de Historia Contemporánea de la UPV/EHU. Nacido en San Sebastián en 1954, y tras licenciarse en Historia en la Universidad de Deusto, se incorporó en 1978 a la actual Facultad de Ciencias Sociales y Comunicación en Leioa, que entonces era una unidad docente recién nacida, dependiente de la Universidad Autónoma de Barcelona. Su trabajo sobre el socialismo vasco durante la Segunda República (1987) fue una de las primeras tesis doctorales en Historia Contemporánea defendidas y publicadas en la UPV/EHU.

Enseguida se convirtió en uno de los mejores especialistas en la historia del socialismo en el País Vasco del siglo XX, dedicando especial atención a su principal líder, Indalecio Prieto, sobre el que publicó su último libro el año pasado. Pero también amplió su mirada investigadora hacia otros temas, como la figura del presidente del Gobierno republicano Juan Negrín, las relaciones internacionales entre 1870 y 1945 y, en especial, su incidencia en la Guerra Civil española.

Fue un buen compañero y un excelente profesor, siempre dispuesto a ayudar a quien lo necesitara. Sus estudiantes contaban cómo, cuando había fichas con fotos de cada uno, se aprendía sus nombres para dirigirse a ellos en clase directamente, de modo que no se sintieran un elemento anónimo de una lista. Lo mismo hacía con sus doctorandos, para los que era un maestro –en el sentido original de la palabra– y no un mero director.

Su pasión por la docencia se hizo aún más palpable desde que, hace dos años, le diagnosticaron una enfermedad incurable. Cualquier otro hubiera pedido la baja, pero él decidió seguir impartiendo sus clases, que los estudiantes recibían con un agradecimiento especial, al ser conscientes de lo que le costaba. Cuando no pudo hablar, debido a su enfermedad, siguió dando su curso de máster online. Se jubiló el pasado mes de octubre, cuando vio que ya no podía continuar, tras cuarenta y cuatro años de trabajo en la UPV/EHU, y falleció apenas un mes después.

Otra vocación suya, que vivió con pasión, aunque estuviera alejada de la historia contemporánea, fue el estudio del románico en La Rioja. Para ello promovió una asociación de recuperación y puesta en valor de ese arte medieval en esa comunidad autónoma. Su principal fruto fue el Centro del Románico abierto en el pueblo riojano de Treviana, localidad natal de su mujer, Mariana, con la que tuvo tres hijas.

Descanse en paz.

 

José Luis de la Granja, Santiago de Pablo y Ludger Mees