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La UPV/EHU apuesta por una docencia presencial de al menos el 75% para el próximo curso

Establecerá un modelo de presencialidad adaptada que permita desarrollar el curso 2020-2021 en las mejores condiciones académicas y sanitarias posibles

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Fecha de primera publicación: 16/07/2020

El Consejo de Gobierno de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU) ha aprobado, en su sesión de hoy, las “Orientaciones para la planificación de la enseñanza y el aprendizaje”, documento que establece las directrices de la institución para el próximo curso 2020-2021. Según se recoge en estas orientaciones, la universidad pública vasca aboga por que al menos el 75% de su docencia sea presencial, esto es, que al menos 3 de cada 4 asignaturas tengan docencia presencial.

La pandemia ocasionada por la COVID-19 ha tenido un impacto inmenso en todos los ámbitos sociales, también en el académico, y ha obligado a realizar en poco tiempo cambios de gran calado en la vida universitaria. De cara al curso 2020-2021, en la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea esos cambios van a conllevar determinadas adaptaciones en la planificación docente. Las orientaciones establecidas en el documento aprobado hoy buscan preservar el carácter presencial de la docencia, pero adaptándola necesariamente a escenarios de distanciamiento social, aforo limitado y medidas higiénico-sanitarias. Estas medidas tendrán carácter flexible y podrán modificarse según evolucione la situación. En todo caso, el documento parte de dos premisas fundamentales: mantener, por una parte, un alto grado de presencialidad y una enseñanza universitaria de calidad, y garantizar, por otra, la protección de la salud del alumnado y del personal.

Las orientaciones configuran un modelo de formación presencial adaptada, que consiste en combinar una actividad mayoritariamente presencial con clases telemáticas y con actividades formativas no presenciales para el aprendizaje autónomo del alumnado.

Estas directrices arrancan de una propuesta elaborada por el equipo rectoral, posteriormente presentada y discutida en los distintos colectivos de la universidad, que han realizado sus aportaciones.

Según estas bases y teniendo en cuenta las instrucciones de las autoridades sanitarias, la Universidad del País Vasco establece las siguientes medidas, que serán de obligado cumplimiento:

  • Evitar aglomeraciones, con recomendaciones como escalonar los horarios de entrada y salida, o establecer aforos máximos por aula.
  • Respetar una distancia de seguridad de, al menos, 1,5 metros. Cuando no sea posible, obligación de utilizar mascarilla.
  • Evitar que el alumnado esté más de 2 horas seguidas con la mascarilla puesta, con 15 minutos de descanso entre períodos que excedan ese límite.
  • Limitar, en lo posible, el movimiento de estudiantes dentro de los centros.
  • Aplicar las medidas de protección, limpieza y desinfección adecuadas para cada centro.

En cuanto a la docencia, se prevé complementar el aprendizaje preferentemente presencial con clases telemáticas, pero se recomienda que no se impartan de manera exclusivamente virtual más de 2 asignaturas por grupo y cuatrimestre, ni más de 15 créditos en el caso de titulaciones de máster. También se aconseja que la actividad presencial sea prioritaria en las modalidades prácticas frente a las de carácter magistral y expositivo.

Otro de los objetivos para asegurar la máxima presencialidad será la reorganización de los espacios de los que disponen los centros, así como el establecimiento de turnos en la docencia. El modelo de presencialidad adaptada supone un entorno de aprendizaje en el que el contacto con el personal docente es estrecho, aunque el seguimiento sea, en ocasiones, telemático.

En las modalidades prácticas de enseñanza (laboratorios, talleres, etc.) se persigue optimizar el tiempo de estancia en esos espacios. Cuando no sea posible la presencialidad plena, esas instalaciones se utilizarán solo por el tiempo necesario para la experimentación o la actividad de que se trate. Las prácticas externas curriculares se mantendrán en los términos establecidos en los convenios existentes con las entidades colaboradoras, respetando las medidas previstas por las entidades o empresas en las que se vayan a llevar a cabo.

Con relación a la evaluación, esta deberá realizarse de forma presencial. Pero, dadas las circunstancias excepcionales e imprevisibles en las que se va a desarrollar la “nueva normalidad”, se recomienda que todas las asignaturas hagan un planteamiento de evaluación continua, mediante diferentes pruebas entregables y ejercicios que se administren a lo largo del periodo lectivo y que posibiliten la evaluación secuenciada. Además, en todas las asignaturas debe proponerse una alternativa de evaluación no presencial.

El alumnado conocerá con antelación (en todo caso, antes del inicio del periodo de matrícula) la organización general del curso y de las asignaturas. Las tutorías podrán realizarse a distancia. En el caso de estudiantes que, debido a circunstancias excepcionales (enfermedad, ingreso hospitalario, etc.), no puedan seguir sus estudios de manera presencial, se realizarán las adaptaciones académicas y pedagógicas oportunas.

La adaptación de la docencia al modelo de presencialidad adaptada supondrá, en los casos en que sea necesario, la dotación de nuevos recursos: cámaras, micrófonos, altavoces, nuevo equipamiento informático, refuerzo de la formación del profesorado, ayudas reintegrables para el alumnado, servicio de préstamo de ordenadores y apoyo para la conexión a internet dirigido al alumnado con dificultades económicas.

Estas previsiones se contemplarán en un Plan de Adaptación de la Docencia que se elaborará en cada centro, en función de sus particularidades, y que se publicará en la web del centro.

En opinión de la rectora, Nekane Balluerka, las orientaciones aprobadas hoy por el Consejo de Gobierno van a ser la herramienta básica para el desarrollo de la docencia en el curso 2020-2021. “Son dos los principios fundamentales que guían esta propuesta –ha declarado-: garantizar una docencia excelente en la que predomine la presencialidad y priorizar en todo momento las medidas de seguridad sanitaria. Se ha tenido en cuenta que debemos realizar una planificación flexible porque no podemos conocer, a ciencia cierta, será la situación sanitaria en septiembre, octubre o diciembre del próximo curso, pero sí podemos establecer las previsiones necesarias para reaccionar ante cualquier escenario, positivo o negativo, que se pueda producir. Toda la comunidad universitaria de la UPV/EHU ha realizado un esfuerzo extraordinario, que quiero agradecer una vez más, y a día de hoy puedo afirmar que el curso 2020-2021 se desarrollará en las mejores condiciones académicas y sanitarias posibles”.