Mario Larrinaga Mochales, estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas de la UPV/EHU, ha logrado ganar el concurso de carteles de las fiestas de Aste Nagusia de Bilbao con ‘Gure mundua’, que ha recibido el 40,7% de los votos. Mario es el nieto de Kiko Mochales, considerado el padre de las fiestas y de los fuegos.

¿De dónde sale su pasión por el dibujo?

No lo sé.  Creo que es una herencia genética, mi hermano también dibuja y mi padre estudio Historia del Arte. Hay cosas con las que se nace, como en este caso el deseo de dibujar, pero después debe desarrollarse con el tiempo o se desaprovechará.

Se presenta por primera vez al concurso y lo gana. ¿Se lo esperaba?

Para ser sincero no, no me lo esperaba. Siempre procuro tener esperanzas en todo, pero en este caso intenté no hacerme falsas ilusiones para no llevarme un chasco. Y al final fue mejor, porque me lleve una grata sorpresa.

¿Qué ha querido representar en su cartel?

Quise representar todo Bilbao, y con detalles que es algo que siempre se me ha dado bien a la hora de dibujar. Me encanta plasmar cada detalle de cada imagen, fotografía; es algo que mis amigos siempre han destacado de mí.  Y en este cartel he intentado buscar lo mismo.

¿De dónde salió la inspiración?

Desde muy pequeño mis amigos me desafiaron a dibujar nuevos retos, porque me consideraban como el artista de clase, ya que era el que mejor dibujaba. Y me desafiaron a dibujar todo Bilbao y más o menos lo logré. Todo aquello siendo tan solo un chaval. 

De esta anécdota, nace hacer ahora este cartel, en esta ocasión fue mi aita el que me propuso y desafíó entre comillas a presentarme al cartel de Aste Nagusia. Con su confianza, me animé y se me ocurrió que podía ser la ocasión perfecta para volver a pintar Bilbao, pero con matices, ya que la ciudad ha cambiado mucho.

¿Cómo lo ha realizado?

Con una aplicación de móvil, de diseño, llamada ‘Boceto’. Con los medios que tenía me salió lo que se puede observar en el cartel.  Se le ocurrió a mi padre, aparte de escenificar Bilbao, incluir un avión y a mí meter más elementos como la Marijaia, el Museo Guggenheim, San Mamés… En definitiva, todos los elementos emblemáticos de Bilbao e incluso sus barrios de la periferia. 

Estando en la Universidad, con trabajos y exámenes, ¿de dónde ha sacado el tiempo para ello?

Del único tiempo que tenía libre, en los viajes de ir y venir a la universidad, lo invertía en el cartel. Lo hacía con la aplicación y con un bolígrafo táctil, mi padre me metía presión, decía que llegábamos tarde y es cierto iba con el tiempo muy justo. Pero finalmente, la última semana previa a la entrega, cuando ya había librado los exámenes más importantes, me dediqué una tarde entera a meter todas las horas que le hacían falta al cartel para terminar y acabé pudiéndolo entregar.

Fue duro, porque también coincidió con la muerte de mi abuela y la situación era difícil, pero al final lo pude acabar y es una alegría que le llevo a mi madre y a mi familia.

Además, este cartel se lo brindo a mi abuela, va por ella, sé que es a la que más ilusión le habría hecho verme ganar este premio. Por tanto, se lo dedico plenamente a ella.

Tras conocer que ha superado a más de 130 propuesta y que en la final ha recibido el 40,7% de los votos, ¿Qué se le pasa por la cabeza?

Me da mucho ánimo, ganas de seguir dibujando. Porque significa, que a la gente le ha gustado lo que he hecho. Significa que el cartel no es polémico que no ha ganado por una pequeña ventaja, sino por bastante y eso es sinónimo de que mi idea ha calado en el jurado y ha gustado de verdad.

Mi cartel era arriesgado, ya que era muy diferente al de otros años y por ese mismo motivo me daba miedo que no lo escogieran porque era diferente. Pero en este caso, sin que sirva de precedente, arriesgué y gané y me siento orgulloso por ello.

¿Había ganado anteriormente algún otro concurso?

Sí, uno gané con 17 años en el colegio, nos presentamos todos los de la clase de dibujo al concurso de ‘Ja! La risa de Bilbao’, y gané, y el premio fue irse a una semana a Salou. 

El hecho de que su abuelo, Kiko Mochales, sea conocido como el padre de las fiestas de Bilbao hace ¿qué este premio cobre un sentido especial?

Sí. En principio no pensaba que el hecho de ser su nieto fuera a tener tanta repercusión. Fue el que propuso el concurso de carteles, una idea que es muy bonita. Además, que distintas generaciones de mi familia hayamos contribuido de algún modo a parte de la historia de las fiestas de Bilbao, es algo indescriptible.

¿Qué tiene pensado hacer con el dinero del premio?

Lo pienso ahorrar, el año que viene me voy a Barcelona, de Sicue, y creo que lo voy a necesitar. De alguna forma me va servir como de inversión en esta nueva etapa en la que me voy a enfrascar.

Tras ganar este concurso, ¿cuál es el siguiente paso?

A lo mejor me presento a los carteles de San Fermines o Donostia para el próximo año, ya que he ganado este, quiero ir un paso más allá.