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Música e imagen: La reivindicación de las carátulas de discos como objeto artístico

El estudio del profesor de la UPV/EHU Mikel Bilbao Salsidua para Eresbil rescata el trabajo de más de un centenar de artistas y diseñadores gráficos, artífices de cientos de portadas de discográficas vascas

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Fecha de primera publicación: 23/03/2023

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Mikel Bilbao Sasildua en la Facultad de Bellas Artes | Foto: Ibai Biritxinaga. Oficina de Comunicación. UPV/EHU

A lo largo de la historia, el mundo de la creación y sus diversas facetas han sido objeto de numerosas investigaciones, pues constituyen una parte relevante de nuestro acervo cultural. Sin embargo, para Mikel Bilbao, profesor en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco, existía una deuda pendiente con las carátulas de los discos de vinilo y de los CD y veía necesario reivindicar el talento creativo de sus autores y autoras. Por eso, cuando Eresbil, el Archivo vasco de la música, le pidió que llevara a cabo el estudio Entre el arte y el diseño gráfico. Las carátulas de discos, trabajo que Eresbil ha convertido en una web temática, no tuvo ninguna duda en aceptar el reto y se sumergió en la investigación y el análisis histórico-artístico de cientos de carátulas. Estas piezas han pasado a la historia irremediablemente unidas al contenido del producto musical para el que fueron concebidas.

Aunque desde una perspectiva actual pueda resultarnos extraño, durante las primeras décadas de andadura de la industria musical, los discos eran soportes que almacenaban contenido musical, se vendían en sobres de papel grueso y carecían de portada. De hecho, el inventor de la primera carátula para un disco de vinilo, señala Mikel Bilbao, fue el diseñador Alex Steinweiss en 1940. El sello discográfico Columbia Records publicó Smash Song Hits, disco que se vendió masivamente y marcaría un punto de inflexión en lo tocante a las técnicas de promoción de sus productos por parte de las discográficas. “Fue un reclamo visual de primer orden. Contribuyó a generar un imaginario que elevó al disco a la categoría de objeto de deseo y alteró la relación que las consumidoras y consumidores habían tenido con este soporte hasta el momento”, explica el profesor del Departamento de Historia del Arte y Música.

Las carátulas forman parte de la cultura visual y artística del País Vasco. El estudio las reivindica y pone en valor su proceso evolutivo

El Archivo vasco de la música tiene un proyecto, subvencionado por el Departamento de Cultura y Política Lingüística del Gobierno Vasco, cuyo fin es la preservación digital de más de 4.000 carátulas de discos editados desde los años sesenta hasta nuestros días, piezas que desde su salida al mercado se convirtieron en la imagen del trabajo musical al que acompañaban y que constituyen una muestra latente de “la interacción entre la música y las artes plásticas”. Sobre esa amplia colección, Mikel Bilbao hizo una selección basándose en criterios múltiples como la siempre cuestionable calidad del diseño, su originalidad o la relevancia del creador o creadora. Todo ello con el fin de reivindicar un trabajo creativo y poner en valor el proceso evolutivo visible en estas piezas que forman parte de la cultura visual y artística del País Vasco.

En cuanto a la autoría del diseño de las carátulas, se puede decir que han convivido dos perfiles profesionales: “Uno es el del artista, alguien que, de forma puntual, realizaba el diseño de alguna carátula. El otro es el grafista, el profesional que se dedica a hacer creación aplicada, es decir, diseño de portadas de discos, de libros... Por ejemplo, no creo que Néstor Basterretxea o José Luis Zumeta puedan ser considerados diseñadores gráficos en sentido estricto. Esta es una faceta de su producción, pero ellos fueron fundamentalmente artistas”, explica. En la actualidad, este modelo dual sigue coexistiendo, pues se puede recurrir a un artista para la realización de una carátula de manera puntual, aunque, generalmente, se acude a profesionales relacionados con el mundo del diseño gráfico.

El capítulo del estudio titulado Entre el arte y el diseño gráfico explica que estas portadas han sido permeables a las diferentes corrientes vinculadas con el arte y el diseño: “Con las portadas de discos se puede hacer un recorrido por la historia del diseño gráfico y sus diferentes corrientes, así como por las formas y técnicas asociadas a su producción, como la ilustración, la fotografía…”, comparte Bilbao. Además son el reflejo de diferentes realidades musicales. Por ejemplo, en la España de los años 80 unos de los referentes de la posmodernidad fue la “movida madrileña”. Sin embargo, la situación que se vivía en Euskadi, explica Bilbao, hizo que este espíritu no cuajara y tuviera lugar una especie de “contra movida”: “Mientras en el resto de España bailaban al ritmo de Alaska y los Pegamoides, la dura realidad socioeconómica y política del País Vasco hizo que la música que se creaba y escuchaba aquí fuera muy diferente, y la imagen de sus discos también”. Fue cuando nacieron grupos emblemáticos como Eskorbuto, La Polla Records, Kortatu o Vulpes.

«La dura realidad socioeconómica y política del País Vasco hizo que la música que se creaba y escuchaba aquí fuera muy diferente, y la imagen de sus discos también»

De entre los muchos nombres citados en su estudio destacan los de artistas tan populares como, además de los mencionados Néstor Basterretxea y José Luis Zumeta, Juan Luis Goenaga, Rafael Ruiz Balerdi y Vicente Ameztoy, a los que hay que unir los de algunos profesores de la Facultad de Bellas Artes de la UPV/EHU. No menos importantes son los de las frecuentemente olvidadas  artistas y diseñadoras, entre las que destacan Rosa Valverde, Laura Esteve, Estíbaliz Sádaba, Dora Salazar, Itziar Barrio, Susana Rico, Mel Mardaraz o Eider Corral.

El estudio menciona unas 600 carátulas. No todos los discos que ilustran esas portadas consiguieron éxito o popularidad, pues se han escogido aquellas que, desde el ámbito de la creación o del diseño gráfico, fueron más relevantes. “En muchas ocasiones, la confluencia del hito musical y de la calidad gráfica es un hecho, pero este estudio también ha servido para rescatar y dar a conocer trabajos que merecen un reconocimiento, sobre todo, el de muchas mujeres cuyos nombres, desgraciadamente, son siempre menos conocidos”, afirma Bilbao.

Para terminar… ¿podría destacar alguna carátula?

Resulta muy complicado elegir en un campo tan amplio, pero personalmente me gustan mucho las que José Luis Zumeta creó para discos emblemáticos de Mikel Laboa, como Bat, hiru (1972) o algunos de los diseños creados por Eider Corral en los últimos años.

¿Y cómo son las portadas de los discos que se publican hoy?

Buena pregunta y difícil respuesta. La forma en la que consumimos música y, por añadidura, la realidad de la industria musical ha cambiado sustancialmente en las últimas décadas. De hecho, desde hace muchos años se puede producir y comercializar música descargándola directamente, sin necesidad de editarla en un soporte fijo. Por lo tanto, las carátulas han perdido presencia. Sin embargo, las descargas digitales conviven con las ediciones de coleccionista o en soportes como el vinilo, que creíamos desaparecido. Así que hay de todo. Personalmente, pese a que también descargo música, soy de los que siento un especial apego al soporte físico y, aunque suene trasnochado, puestos a elegir prefiero un disco a una descarga digital o un libro a un ebook.