Condenamos sin paliativos de ningún tipo la violencia desencadenada en el campus. Todas las personas y todos los colectivos tienen legítimo derecho a realizar públicamente las reivindicaciones que consideren oportunas, pero no a practicar la intimidación sobre las personas ni a dañar los bienes públicos, bienes que la sociedad vasca ha puesto a disposición de la comunidad universitaria para desarrollar la investigación y la docencia.

A lo largo de estos días se han desarrollado movilizaciones y actividades reivindicativas, sin incidentes reseñables, que deben diferenciarse de estos inaceptables sucesos.
La crítica y la discrepancia son un valor en la universidad. Pero las conductas violentas no tienen ninguna cabida en ella y van en contra de su espíritu. Reiteramos la condena de estas acciones y exigimos la responsabilidad por parte de quienes se comportan con los bienes públicos con una incivilidad que jamás practican con sus bienes privados.