Cuando arranco con estas líneas, impresionado por su sorpresiva muerte, no puedo menos que retrotraerme a la época en que compartimos prácticamente todo: 14 horas de trabajo diario, fines de semana familiares, nacimiento de nuestros hijos, proyectos comunes y extraordinarios y, en definitiva, ilusión por todo. Fueron siete años increíbles, la década de los setenta. José llenaba todo de ímpetu y fervor. De varios despachos medio desérticos del campus de Leioa, arribamos al hospital de Basurto, al hasta entonces depósito de cadáveres, y consiguió que allí se ubicara la primera célula del servicio de psiquiatría actual, a lo que le siguió, probablemente, el primer hospital de día psiquiátrico de España. Sí, señores, empezamos pasando visita, cuando todavía las piletas de la habitación de al lado olían a cadáver. No se arredraba por nada. Podía con todo.

Tras sus brillantes estudios en Barcelona, habiéndose formado con el Dr. Barraquer Bordás en Neurología, se trasladó para completar su formación a Ginebra, bajo la batuta del profesor. D. Julián de Ajuriaguerra, a la sazón catedrático de aquella universidad y director de la Clínica Bel Air. Sin duda, el psiquiatra vasco de mayor proyección internacional de la época. José Guimón, en un impulso formativo extraordinario, marchó a New York. Allí convenció, sedujo, confiaron en él. Fue nombrado Adjunt Medical Professor. Luis Rojas Marcos, posteriormente el psiquiatra de mayor significancia político-administrativa de New York durante muchos años, compartió aulas y hospital con José. De hecho, presentó su tesis doctoral en la Universidad del País Vasco, bajo la dirección de José Guimón, y hace muy poco tiempo fue nominado como "Doctor Honoris causa" de nuestra universidad, actuando como padrino nuestro José. Otro compañero, de aquellos años de José, fue Manuel Trujillo, también sevillano, el psiquiatra español que más ha apoyado desde su puesto de jefe de servicio de psiquiatría del Bellevue Hospital de New York a la psiquiatría española. En este marco, se debe recordar a los profesores Arnold J Friedoff y Murray Alpert, catedráticos de Psiquiatría y Psicología respectivamente de la New York University, NYU, que visitaron Euskadi en muchas ocasiones y potenciaron importantes estudios en el campo de la esquizofrenia, bajo iniciativa de José Guimón, en íntima colaboración con el equipo de investigación del hospital de Zamudio, dirigido por el Dr. Ricardo Dávila, la Dra. Zumárraga, etc.

Guimón apoyaba también proyectos en el ámbito de la psicología científica con otro miembro de nuestro equipo universitario vasco, el ingeniero industrial, luego catedrático de psicología en Madrid, Isidoro Delclaux, un genio, lamentablemente fallecido en el desgraciado accidente aéreo del monte Oiz. José Guimón, introdujo la formación en psicoterapia grupal en Euskadi y creo que con vocación colectiva, el servicio público, en España. En esos inicios, no podemos olvidar a Luis Yllá, catedrático de Psiquiatría de la Universidad del País Vasco, leal colaborador, un gran profesional y mejor compañero. Posteriormente, otros colaboradores como José Mari Ayerra y Miguel Ángel González Torres, trabajaron en el sostenimiento de este programa formativo en psicoterapia grupal, con la colaboración de la Universidad de Deusto y la Fundación Omie. Son sus últimos y mejores colaboradores. En 1993 obtuvo, a través de un competidísimo concurso internacional, la cátedra de Psiquiatría de la Universidad de Ginebra. Allí se formó como psiquiatra, como hemos señalado antes, con el Profesor Ajuriaguerra, simultáneamente a otros profesores de nuestra universidad como el gasteiztarra Joseba Mikel Aguirre, uno de los  biógrafos de Ajuriaguerra, e Isabel Orbe, también vitoriana. José no descuidaba su formación médica y, su apoyo al desarrollo de una línea de investigación básicamente biológica, se concretó en sus trabajos con Jesús García Sevilla, catedrático de Farmacología de la Universidad del País Vasco, que acabó siguiéndole a Suiza para terminar allí su carrera profesional. Produjeron ciencia publicada en las mejores revistas del mundo. José Guimón siempre fue ecléctico, emprendedor, científicamente ambicioso.

Fue referencia en la implantación del modelo "psiquiatría comunitaria" en Euskadi, desde una perspectiva biopsicosocial de la psiquiatría. Fue padrino de Julián de Ajuriaguerra como primer doctor "honoris causa", junto a aita Barandiarán, de la Universidad del País Vasco. Presidió la Comisión Nacional de Psiquiatría dependiente del Consejo Nacional de Especialidades Médicas durante varios años y desempeñó un papel crucial en la Comisión Española para la Reforma Psiquiátrica.

En aquellos años setenta, también tomábamos algún gin-tonic que otro, cantaba divinamente Brassens y Moustaki, leía y admiraba a Baroja, se introdujo en los místicos españoles por influencia de Julián Ajuriaguerra, le encantaba la pintura con especial referencia a la contemporánea y, dentro de ella, seleccionaba autores locales, hoy en día figuras, compartimos ambiciones, secretos, viajes, oposiciones, discusiones, angustias, problemas…

Jose Guimón, un vasco internacional, liberal, demócrata, brillante, culto, inteligente, divertido, peleón, muy afectivo, en ocasiones hasta lo entrañable, inseguro en su seguridad como los grandes, y el mejor jefe mientras lo fue. Desde luego, claro que deja huella en la psiquiatría vasca y en la española. Leioa, Basurto, Medicina son términos ligados a Guimón, siempre en el recuerdo de su padre, D. Julián, al que tanto quiso y admiró, como uno de los fundadores de la Facultad de Medicina de la Universidad del País Vasco. Deja huella indeleble. Fue único. También lo ha sido su familia, Pilar, Elizabet, sus padres y Maite, Julen, Jesús, Rafa entre los que ya no están, Javier y Begoña.  Sus hijos José y Pablo, sin duda tienen una referencia envidiable para siempre que transmitirán a sus descendientes. La bonhomía del aitona.

Goian Bego

Miguel Gutiérrez Fraile
Catedrático de Psiquiatría de la Universidad del País Vasco
Expresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría