"Esta tesis da soluciones a dificultades que los preparadores físicos o fisiólogos de los deportistas pueden encontrar en su trabajo del día a día, es decir, su aplicabilidad", afirma Llodio. Su estudio pretende servir de guía y como información de utilidad para entrenadores y preparadores físicos a la hora de implementar nuevas técnicas o pautas de entrenamiento, comparando las características de sus jugadores con los de élite recogidos en la tesis. "A pesar de la popularidad del fútbol sala, la información sobre las características de las capacidades físicas de los jugadores de élite en este deporte, es escasa", asegura el docente de Mondragón.

Debido a esto, uno de los objetivos principales de la tesis era investigar en profundidad aspectos como la capacidad aeróbica y las características antropométricas de fuerza, velocidad de sprint y potencia muscular de los jugadores de fútbol sala de élite, para compararlos y averiguar si hay asociaciones con los futbolistas de élite. La razón de esa misma investigación se encuentra en las diferencias entre ambas disciplinas, ya que difieren en la superficie y dimensiones del campo, número de jugadores y  tiempo de partido.

Grasa corporal

En concreto, el campo de fútbol sala (pavimento en polideportivo de madera o sintético) tiene unas dimensiones medias de 23x40 metros, mientras que las de un campo de fútbol 11 (hierba) se encuentran en 60x110, y el tiempo de juego se divide en dos tiempos de 20 minutos y en dos tiempos de 45 minutos, respectivamente. Atendiendo al número de jugadores, el sala cuenta con dos equipos de 5 miembros, a diferencia de los 11 en cada uno de los dos conjuntos de fútbol.

Uno de los indicadores más importantes de la capacidad aeróbica en el fútbol de élite es la distancia recorrida por los jugadores durante un partido a una intensidad media cercana al 75% del consumo máximo de oxígeno. Para determinar esa capacidad de resistencia aeróbica se utiliza el parámetro de referencia "Gold Standard", que mide la intensidad correspondiente al máximo estado estable de lactato (MLSSint). Es decir, medirá la intensidad más alta que puede ser tolerada sin una acumulación progresiva de este metabolito durante un ejercicio a intensidad constante.

El resultado de estos estudios mostró que, entre otros aspectos, los jugadores de fútbol sala de élite presentan valores similares de resistencia aeróbica con los futbolistas profesionales, pero peores valores de fuerza, velocidad de sprint y porcentaje de grasa corporal. Por otro lado, los jugadores, tanto de fútbol como de fútbol sala, con mayor velocidad de sprint y altura de salto vertical tienden a presentar menor capacidad de resistencia aeróbica. Del mismo modo, en ambas categorías, los jugadores con valores más altos de porcentaje de grasa corporal muestran también peores valores de condición física que aquellos que presentan porcentajes inferiores de grasa corporal.

Las razones que sustentan estas diferencias son desconocidas, aún así, Llodio afirma que podrían deberse probablemente a causas como el menor potencial económico y número de jugadores de fútbol sala, y la menor capacidad con respecto al fútbol para reclutar jugadores dotados de talento físico. Como conclusión, se sugiere que ese mayor porcentaje graso en jugadores de fútbol sala puede ser debido o estar relacionado "con factores como la menor globalización y reclutamiento internacional, menores incentivos sociales y económicos, menores avances en nutrición, ayudas ergogénicas, métodos de entrenamiento, o desarrollo de técnicas de medicina o kinesiología", explica Llodio.

"La revisión bibliográfica que hemos realizado en esta tesis ha sido laboriosa y al mismo tiempo, creo que es un punto fuerte de la misma, porque muestra cómo han evolucionado los métodos de estimación de la capacidad aeróbica", asegura el autor de la tesis.

Historial académico

Iñaki Llodio (Mondragón, 1980) es licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte por la UPV/EHU, posee un Máster en Alto Rendimiento Deportivo impartido por el Centro Olímpico de Estudios Superiores, un Máster en Ciencias del Deporte (con Mención en Rendimiento Humano) en la Universidad de Brunel (Londres). Realizó la tesis bajo la dirección del Dr. Esteban M. Gorostiaga Ayestarán y Dra. Cristina Granados Domínguez..

En cuanto a otros proyectos destacados, realizó un estudio sobre el efecto del ejercicio prolongado en ambiente caluroso en el flujo sanguíneo cerebral, en el Centro de Rendimiento Humano de la Universidad de Brunel, liderado por el profesor José González Alonso.