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Represión y seducción tras la toma de Bilbao

Un libro de la UPV/EHU analiza las estrategias que el franquismo utilizó en Bizkaia

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Fecha de primera publicación: 16/06/2017

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Erik Zubiaga (Nagore Iraola. UPV/EHU)

El 19 de junio de 1937 las tropas franquistas tomaron Bilbao. Inmediatamente, los militares pusieron en marcha una batería especial de normas y procesamientos para reprimir y neutralizar la disidencia política en Bizkaia, provincia que albergó el Gobierno Vasco y donde no se produjo el golpe de Estado. El doctor de la UPV/EHU Erik Zubiaga analiza el impacto y el funcionamiento del mayor mecanismo represivo implementado en la provincia, la jurisdicción militar, atendiendo al perfil de los sectores sociales y políticos más golpeados. Asimismo dedica un apartado a estudiar las políticas de captación y las complejas actitudes sociales de los vizcaínos durante la inmediata posguerra.

En la presentación celebrada ayer, día 15 de junio en Bilbao, han intervenido, junto al autor del libro, el profesor de Historia Contemporánea de la UPV/EHU Fernando Molina, y el historiador Javier Gómez Calvo, que ha investigado la represión franquista en Álava.Erik Zubiaga analiza en el libro las sentencias que supusieron pena de muerte o de cárcel para el procesado, pero también ahonda en las causas que resultaron sobreseídas o concluyeron con su absolución. En total fueron cerca de 32.100 las personas que fueron encausadas por el procedimiento sumarísimo de urgencia entre los años 1937 y 1945.

De su análisis se desprende que todas las fuerzas políticas que integraron el bando progubernamental durante la Guerra Civil fueron duramente castigadas, si bien, en términos absolutos, socialistas y nacionalistas vascos fueron las opciones políticas vascas más castigadas por la jurisdicción militar.

La investigación pone de manifiesto que el régimen franquista puso en marcha, paralelamente a las políticas represivas, otras políticas que el autor ha denominado "de captación" y que estuvieron "destinadas a la formación de un consentimiento efectivo en una gran parte de la población". La combinación de ambas estrategias, la represiva y la de seducción o captación, tenían como finalidad facilitar la instauración y el asentamiento del régimen franquista.

De ambas líneas, la represiva fue, sin duda, la más efectiva. Se saldó con miles de procesados, cientos de ejecutados, funcionarios depurados, miles de desterrados y exiliados, y el desmantelamiento de toda la oposición política.

El título del libro pretende, según el autor, reflejar la crueldad represiva de posguerra y el miedo y la angustia que padecieron muchos de los procesados por la jurisdicción militar franquista. «A través de la lectura de los expedientes jurídico militares se puede vislumbrar el sufrimiento y las penalidades que sufrieron no solo los incursos en estos procedimientos sino también sus familias», explica Zubiaga.

El estudio aborda, además, las diferentes actitudes de la sociedad vizcaína en la inmediata posguerra frente al nuevo Estado franquista y que oscilaron mayoritariamente entre el consentimiento pasivo y el rechazo silencioso, una amplia "zona gris", cuyo objetivo era la simple subsistencia en un entorno de amenaza permanente de castigo y de miseria generalizada.

Mujeres: castigo y reeducación

La represión franquista castigó a los disidentes de ambos sexos. No obstante, en el caso de las mujeres, no solo se pretendía reprimir la disidencia política sino también cortar de raíz cualquier cuestionamiento del modelo de vida reservado para ellas. Para castigar al colectivo femenino se habilitaron cárceles exclusivas, pero también se aplicaron castigos específicos, como el rapado de pelo, las purgas con aceite de ricino o la violencia sexual. Las mujeres cautivas eran el objetivo de políticas de "reeducación" que pretendían infundirles la idea de que debían limitarse a la reproducción y al cuidado de la familia.

El libro dedica otro capítulo a la represión del clero disidente. El régimen franquista culpabilizaba a buena parte del clero vasco de la actitud beligerante de numerosos creyentes vascos, algo que había impedido el éxito de la sublevación militar en Gipuzkoa y Bizkaia. Su oposición a la sublevación ponía, además, en duda el argumento propagandístico de la cruzada en defensa de la religión con la que los golpistas pretendían avalar el alzamiento. Aunque más tarde el clero hostil se beneficiaría de una revisión de penas y excarcelaciones, fue duramente reprimido por medio de la prisión y el destierro.

Erik Zubiaga es doctor en Historia por la UPV/EHU. Actualmente trabaja como Personal Investigador Contratado en el Instituto de Historia Social Valentín de Foronda adscrito a la Universidad del País Vasco (UPV-EHU). El libro ‘La huella del terror franquista en Bizkaia' es fruto de su tesis doctoral, dirigida por los investigadores de la UPV/EHU Luis Castells y Fernando Molina.