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Mar abierto

  • Reportajes

Fecha de primera publicación: 24/08/2017

Tripulación del Saltillo. Foto: Fernando Casabella. UPV/EHU

El martes, día 22 de agosto, el Saltillo, junto con otras 11 joyas internacionales de la vela, recorrió las 18 millas que separan Bermeo y Getxo dentro del Rally de Barcos Clásicos que precede a la Copa Gitana 2017 que se celebrará hoy y mañana (25 y 26 de agosto) en aguas del Abra.

Un día que empezó soleado y con poca mar, pero que fue transformándose, debido a que el viento del nordeste originó mar rizada o marejadilla, con olas en torno a los 2-3 metros. Vientos, además, que llegaron hasta los 30 nudos (48 km/h). "Una jornada estupenda para navegar a vela", expresaron con alegría los 12 tripulantes (alumnado de los Grados en Marina y en Náutica y Transporte Marítimo) y el capitán del Saltillo Mikel Lejarza. Una opinión que cualquier profano de la navegación matizaría mucho si viajase sin unas cápsulas de Bidramina.

Eneko Alcalde, Ada García y Jorge Gallardo son tres de los miembros de la tripulación. Ilusionados con estas prácticas en el Saltillo, cuentan que les "apasionaría" ser jefes de máquinas o capitanes de la marina mercante. Junto a la tripulación también viajó Emiliano Manuel, un EHUalumni prejubilado, que ha trabajado de ingeniero en la empresa ITP de Zamudio. Manuel es uno de los 16 EHUalumni que ha embarcado en el Saltillo este verano.

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Tripular un buque como el Saltillo no es fácil, con 26 metros de eslora y 81 toneladas, manejar un velero de esas dimensiones exige un minucioso trabajo. Es un auténtico proceso práctico para la joven tripulación: maniobrar, preparar las cartas del viaje, comunicarse por radio, izar y arriar la mesana, el foque o el trinquete son algunos de los ejercicios que hay que realizar para llegar a buen puerto. Si a esto le añadimos una mar brava, como la del Cantábrico del pasado martes, la tripulación tiene que comportarse como la maquinaria de un reloj.

La tripulación, dividida en tres grupos de cuatro personas, sigue las órdenes del capitán, y somete al viento y a las olas. No hay tiempo para la inquietud sino para la serenidad, el trabajo de grupo y la precisión. El mar sigue henchido y las velas se revuelven y flamean. Ya solo hay dos actores: la mar y el Saltillo. Las olas rompen por proa, y lo celebra el navegante, un nativo en el mar, que brinca con los elementos.

La naturaleza se encrespa; el navegante apacigua. El capitán grita, "hay que arriar la vela mayor". Los 30 nudos de viento han podido con el puño de escora que se ha desgarrado. La dotación responde. Hay que arriar con prisa, pues si no se despedaza la vela mayor. Los 12 jóvenes tripulantes marchan, atacan de proa a popa, escrutan y atinan, preparan el arriado de mayor. Hecho. Hay que arrancar el motor para llegar antes que anochezca a puerto.

Están sudando, arden, y sienten frío. Ha sido una experiencia increíble; desde que salieron de Hendaya, el pasado día 17, la tripulación no ha tenido un día tan completo: ha aprendido, ha ejercido, ha disfrutado. Emiliano Manuel también ha gozado con la experiencia, un día de agosto como otro cualquiera con mar rizada.

Copa Gitana

El rally de Barcos Clásicos partió el pasado 17 de agosto de Hendaya y ha recorrido toda la costa vasca. Junto con el buque escuela Saltillo de la UPV/EHU, han participado el Artako, Arren Chan Passiou, Eloise II, Jade, Kanthaka, Khayyam, La Gaillarde, Lasse, Niñita, Rouvelon, Sacrebelu!, Thalamus, Tikaroa y Westward of Clynder.

Hoy y mañana, se celebra la Copa Gitana, una regata clásica del verano que reúne a barcos y veleros de época. Organizada por el Real Club Marítimo del Abra y el Real Sporting Club, es una de las más importantes del panorama estatal de vela.