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‘El museo ausente'

Javier Muñoz, profesor e investigador de la UPV/EHU, recupera la historia del Museo de Arte Moderno de Bilbao durante la Guerra Civil y primeros años de posguerra

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Fecha de primera publicación: 06/10/2017

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El 7 de octubre de 1936, al inicio de la Guerra Civil, se constituyó en Bilbao el Gobierno Provisional de Euzkadi. Una de las tareas de aquel equipo fue salvaguardar el patrimonio cultural vasco que ya había sufrido las primeras consecuencias del enfrentamiento. La sede del Museo de Arte Moderno de Bilbao había sido alcanzada por las bombas caídas por primera vez en Bilbao el 25 de septiembre. Posteriormente el patrimonio fue evacuado y diseminado por Europa. Se trata de una parte de la historia desconocida y olvidada que el profesor e investigador de la UPV/EHU Javier Muñoz relata en el libro ‘El museo ausente' (Bilbao, Servicio Editorial UPV/EHU. 2017). Esta publicación cuenta con el sello de calidad EHUpress.

"Con el comienzo de la Guerra Civil, el Gobierno de Euzkadi tomó las primeras medidas de salvaguarda del Museo de Arte Moderno de Bilbao. Al poco tiempo, en 1937, el museo junto con otras obras de instituciones y particulares, se evacuó a Francia. Se trata de un episodio desconocido de nuestra historia", explica Javier Muñoz, profesor titular de Historia del Arte en la UPV/EHU, quien recorre las vicisitudes del Museo de Arte Moderno de Bilbao, actualmente integrado en el Museo de Bellas Artes de Bilbao, durante la Guerra Civil y la posguerra.

Mientras preparaba su tesis doctoral Javier Muñoz encontró una colección de fotografías de las obras del Museo de Arte Moderno de Bilbao evacuadas al puerto de La Rochelle en Francia. "Fue una casualidad y una sorpresa hallar esas fotografías, junto con un listado de varias obras. Hasta entonces desconocía este pasaje de la historia que despertó en mí preguntas a las que era necesario dar una respuesta, y así lo hice tras finalizar mi tesis doctoral gracias a una beca de investigación del Museo de Bellas Artes de Bilbao", recuerda el profesor.

La efervescencia artística de principios del siglo XX propició el nacimiento de dos museos promovidos por el Ayuntamiento de Bilbao y la Diputación Provincial: el Museo de Bellas Artes de Bilbao (1908) y el Museo de Arte Moderno de Bilbao (1924). Este último se centró en la adquisición de obras de arte contemporáneo de artistas vascos y estuvo ubicado en el espacio de la actual Biblioteca Foral. En 1935, el museo contaba con 247 obras entre pinturas, grabados, esculturas y objetos de arte.

La investigación

‘El museo ausente. La evacuación del Museo de Arte Moderno de Bilbao a Francia durante la Guerra Civil' recoge los principales episodios de la colección desde su creación y evacuación hasta su regreso. "Se trata de la primera aproximación a la historia de un patrimonio artístico que fue salvaguardado, evacuado, expoliado y restituido en parte. Existen obras cuyo paradero está todavía por aclarar—señala Javier Muñoz—. La documentación está muy dispersa, en ocasiones no es accesible, y otra ha desaparecido. De hecho, ha sido un trabajo detectivesco, arduo y complicado que me ha llevado a consultar archivos de diferentes países". Esta investigación es un primer paso para ahondar en unos hechos capitales en su momento, pero ausentes en la memoria. "Y tenemos que ser conscientes de que hoy día, en aquellos lugares donde hay conflictos armados, también se están viviendo situaciones similares. No es una situación del pasado, sino del presente", reflexiona Muñoz.

En el libro, Javier Muñoz ha incluido, así mismo, una cronología detallada que inicia el 17 de julio de 1936, con el inicio del levantamiento militar contra el gobierno de España, y finaliza el 18 de junio de 1945, con la inauguración del nuevo palacio de museos de Bilbao, actual sede del Museo de Bellas Artes. Junto a ella, incorpora varias fotografías localizadas en el Archivo Histórico de Euskadi, la Fundación Sabino Arana y otros archivos; las biografías de las principales personas relacionadas con la historia del museo como Manuel Losada, José María de Ucelay, Julián de Tellaeche, Mauricio Flores Kaperotxipi, o Juan de Irigoyen; y un apéndice documental con cartas, informaciones y notas relaciones con las obras evacuadas.

La ausencia

Tras el alzamiento el 17 de julio de 1936, el primer bombardeo de la ciudad de Bilbao ocurrió el 25 de septiembre del mismo año y las bombas también cayeron sobre el Museo de Arte Moderno que, a partir de ese momento, cerró sus puertas. En unas semanas el Gobierno Vasco decidió poner a salvo y proteger el patrimonio cultural vasco. "Fueron los propios artistas quienes, sin medios, sin personal y sin planificación, se encargaron de proteger de los bombardeos, el pillaje y el saqueo el patrimonio del frente de batalla y de la retaguardia", relata Muñoz. En Bilbao el Depósito Franco de Uribitarte, la Basílica de Begoña o la Iglesia de San Nicolás, así como el Hospital de Gorliz, fueron algunos de los lugares improvisados para albergar las obras públicas y privadas.

Posteriormente, en febrero y marzo de 1937, el Gobierno de Euzkadi decidió emprender un proyecto ambicioso: organizar exposiciones para mostrar el arte contemporáneo vasco en Europa. El punto de partida fue la Exposición Universal de París. En el pabellón de España, donde Euskadi contaba con una sección propia, se expusieron 16 pinturas, varias de ellas del Museo de Arte Moderno de Bilbao. Después otras pinturas, algunas también del museo, se expusieron en Bruselas y La Haya, acompañando a las actuaciones del grupo Eresoinka encargado de difundir la cultura vasca en Europa.

Con el avance de la guerra y cuando Bilbao estaba a punto de caer, en mayo de 1937, se optó por evacuar el resto del patrimonio a Francia. El grueso del Museo de Arte Moderno de Bilbao se trasladó al puerto de La Pallice, en La Rochelle, y de allí a la sede del Banco de Francia de Limoges, donde fue embargado por las autoridades judiciales francesas. Las fotografías que despertaron la curiosidad de Javier Muñoz son una parte del inventario de las obras evacuadas a La Rochelle.
La evacuación del patrimonio vasco se produjo en una situación internacional complicada. Se vivían los momentos previos a la II Guerra Mundial y la amenaza nazi planeaba sobre Francia. "El gobierno de Burgos (franquista) por una parte, y los gobiernos de la II República y Euzkadi por otra reclamaron el patrimonio embargado. La batalla judicial fue larga y complicada—señala Javier Muñoz—. Finalmente, en 1939 los tribunales franceses fallaron a favor de las reivindicaciones del gobierno de Burgos, en un contexto en el que el gobierno de Francia fue partidario del gobierno de Franco."

Entre 1939 y 1941, la colección del museo regresó a Bilbao. Sin embargo, los fondos continuaron ausentes, almacenados en diferentes depósitos, hasta que en 1945 se inauguró el nuevo edificio destinado a albergar y exhibir las obras, el actual Museo de Bellas Artes. "Por lo que, tras años de traslados y evacuaciones, esto es, de ausencias, las colecciones públicas de arte tenían un lugar adecuado para su exposición y custodia", como afirma el profesor Muñoz en su libro.