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Territorios para las personas

Cuatro expertas en Arquitectura, Filosofía y Diseño abogan por repensar y trabajar con múltiples miradas los paisajes para incorporar las necesidades de mujeres y hombres

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Fecha de primera publicación: 13/10/2017

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¿Qué supone trabajar en la gestión del paisaje desde una perspectiva de género? Esta es la pregunta que ha guiado la jornada organizada por la Cátedra UNESCO Paisajes Culturales y Patrimonio de la UPV/EHU, en el marco de las Jornadas Europeas del Patrimonio 2017. Cuatro han sido los ejes analizados en el encuentro: el ecofeminismo, la acción comunitaria en el diseño de políticas urbanas, el género y el hábitat para el desarrollo sostenible y el diseño con perspectiva de género. Al finalizar el encuentro, se ha llevado a cabo una visita guiada a las Galerías Punta Begoña de Getxo, un lugar generador de identidad colectiva.

El hábitat visto por la Arquitectura, el Diseño y la Ética ambiental han centrado la jornada "Igualdad en la ordenación del territorio. El paisaje atravesado por el género", celebrada esta semana. Angélica Velasco (doctora de Filosofía), Adriana Ciocoletto (arquitecta), Amaia Albéniz (experta en Urbanismo y Género) y Griselda Flesler (profesora de Diseño y Género) cuestionan las convenciones sociales reflejadas en el urbanismo y abogan por diseñar nuevos espacios para la vida cotidiana de todas las personas, de toda la sociedad.

La jornada organizada por la Cátedra UNESCO Paisajes Culturales y Patrimonio ha servido para reflexionar sobre la manera en que se ordena el territorio, en muchas ocasiones sin tener en cuenta las características y necesidades específicas de mujeres y hombres. En este sentido, Adriana Ciocoletto, arquitecta de Col-lectu Punt 6 , señala que gestionar el paisaje desde una perspectiva de género supone repensar el espacio para concentrarse en las personas.

«Buscamos ciudades centradas en las personas»

"No es solo trabajar con y para mujeres, es trabajar con múltiples miradas, transcender el género para centrarse en las necesidades de las personas en el ámbito urbano y rural. Los espacios tienen que ser soporte de la vida cotidiana, donde el cuidado se convierta en eje social, alejándonos del concepto de cuidado con sesgo sexista".

Se trata de incorporar una nueva mirada, como también propone Griselda Flesler, especialista en Diseño y Estudios de Género por la Facultad de Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires. "Hay que romper con los binarismos afianzados en el siglo XIX como, por ejemplo, naturaleza/cultura, hombre/mujer, público/privado. Son convenciones asumidas como naturales pero que trazan fronteras. Y aunque sea incómodo hay que revisarlas y cuestionarlas también en el urbanismo.

«Las convenciones asumidas como naturales hay que cuestionarlas también en urbanismo»

Pero no solo eso, también es importante destacar que ‘las mujeres' es un plural inexistente. La mujer hay que mirarla y distinguirla en relación con otros conceptos transversales como las clases sociales. No está en el mismo plano la mujer que acude a la casa de otra mujer para realizar las tareas de limpieza. Son dos mujeres muy diferentes atravesadas por circunstancias y realidades muy distintas y ambas no pueden estar amparadas bajo el mismo paraguas".

Por su parte, Amaia Albéniz, arquitecta por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UPV/EHU, ha aportado su experiencia como asesora municipal en urbanismo y perspectiva de género a través del grupo Dunak Taldea.

«Transformamos el paisaje sin tomar en cuenta su relación con la vida cotidiana»

Albéniz desde el punto de vista de la ordenación territorial observa el paisaje como un relato de la vida y la memoria de las personas que lo habitan. "El paisaje es un relato de lugares y relaciones invisibles. La vida cotidiana adquiere protagonismo y los lugares son un espacio de encuentro social y de relación con el territorio y la naturaleza. Pensemos en los antiguos lavaderos. Allí las mujeres establecían relaciones sociales, pero el propio lavadero se convierte en un lugar de encuentro con el agua y una manera de relacionarse con el territorio. Ahora, sin embargo, la conexión con el territorio se pierde y transformamos nuestro paisaje sin tomar en cuenta esa relación".

Conectar paisaje, sostenibilidad y género es el objetivo del ecofeminismo que ha definido Angélica Velasco, doctora en Filosofía y secretaria de la Cátedra de Estudios de Género en la Universidad de Valladolid. "El ecofeminismo es otra forma de romper el dualismo al que se refería Griselda Flesler.

«El urbanismo afecta al paisaje, a las personas, y a la totalidad de los seres vivos»

Entendemos que la transformación no se debe dar sólo en relación con las personas y los espacios, sino también con la naturaleza y la totalidad de los seres vivos. En ese sentido es importante replantearse esas relaciones".

En esta jornada de reflexión sobre la transformación del paisaje en clave de género, las cuatro expertas coinciden en señalar que el diseño de nuevos espacios arquitectónicos contribuye a vivir de manera diferente, a construir nuevas relaciones y a sumar nuevas experiencias. En definitiva, es la integración de nuevos enfoques que ayuden a superar la desigualdad y mejorar la calidad de vida de toda la ciudadanía, de todas las personas.