Tableta en mano, un joven pasea entre las salas vacías del emblemático Museo de Bellas Artes de Bilbao deteniéndose de obra en obra. Se trata de Peio Orueta, profesor de Arte en prácticas en el Instituto de Arrigorriaga y alumno del Máster en Formación del Profesorado de la UPV/EHU en la especialidad de Bellas Artes que realiza una visita virtual para su alumnado.

La curiosa propuesta forma parte de su Trabajo Fin de Máster y tiene como objetivo trabajar el afecto hacia el arte. Pero, por desgracia, debido a las medidas de confinamiento vigentes en aquella fecha, su clase no pudo acudir a ver las obras en persona. Así surgió la idea de realizar una visita en la que el profesor, acompañado de sus estudiantes por videollamada, pasea por el museo mientras el alumnado comenta desde sus casas las obras que previamente han escogido y trabajado en una visita guiada única por 16 obras de la pinacoteca. El objetivo del proyecto no es que sus estudiantes aportaran datos fríos como la autoría o una breve descripción de la obra, sino expresar las emociones que ese cuadro o esa escultura generaba. Así una alumna ve en una escultura de Chillida en la que dos piedras parecen acercarse un signo de amor.

“Cuando estudié el currículo de secundaria y el plan Heziberri 2020 para mi trabajo, me percaté de que no se mencionaba nada sobre el afecto hacia el arte, sobre el afecto hacia ninguna disciplina”, declara Orueta. “Mi objetivo era encender y fortalecer este sentimiento porque los profesores que recuerdo con más cariño son aquellos que tenían un apego especial hacia lo que enseñaban y que transmitían esa relación”. Así se planteó la pregunta ¿cómo transmitirles ese afecto hacia el arte a los alumnos y alumnas? Creando, viendo y criticando el propio arte. El experimento ha resultado un éxito, “los jóvenes saben mucho de arte y hacen aportaciones muy interesantes”, afirma orgulloso.