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Alcásser fue el relato sobre el peligro sexual de la década de los 90

Fecha de primera publicación: 24/04/2014

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La doctora por la UPV/EHU Nerea Barjola resignifica el crimen de Alcàsser, como una narración política transcendental para la vida de las mujeres.

El crimen de Alcàsser se constituyó como una narración sobre el peligro sexual que influyó de manera fundamental en los cambios que se estaban produciendo en la vida de las mujeres a principios de los años 90 impulsados por el movimiento feminista. La doctora por la UPV/EHU Nerea Barjola ha analizado la construcción de la narración por parte de una sociedad que transformó el caso Alcàsser en un relato sobre el terror sexual. Al tiempo, ha reinterpretado el crimen en términos políticos a partir de un estudio crítico y feminista en la tesis titulada "Las representaciones del peligro sexual y su influencia en las prácticas de las mujeres a partir del crimen sexual de Alcàsser 1992".

"Contextualizar el caso Alcàsser permite comprender el ataque frontal a la libertad personal y sexual de las mujeres que significó el crimen. Supuso un mensaje aleccionador para una generación de mujeres que tomaba el espacio público, y comenzaba a incorporar los derechos y libertades logrados por las reivindicaciones del movimiento feminista. En este sentido, el relato sobre el crimen de Alcásser vino a funcionar como un muro de contención que reforzó la institución familiar, afianzó el rol protector del hombre y reforzó el poder masculino sobre el cuerpo de las mujeres", según señala la tesis doctoral presentada por Nerea Barjola en la UPV/EHU.

En su investigación sobre el caso Alcàsser, Barjola ha tomado como referencia el análisis efectuado por Judith Walkowitz en "La ciudad de las pasiones terribles" sobre los relatos del peligro sexual en torno a "Jack, el destripador" y sus consecuencias en el Londres victoriano. "Dado que Jack el destripador únicamente asesinaba a mujeres consideradas públicas, sus crímenes vinieron a funcionar como un elemento aleccionador, un aviso para las mujeres de clase media que a finales del siglo XIX poco a poco comenzaban a tomar el espacio público", señala la investigadora.

El viernes, 13 de noviembre de 1992, tres adolescentes de Alcàsser -Miriam García y Desirée Hernández, de 14 años, y Toñi Gómez, de 15- desaparecieron en las inmediaciones del municipio valenciano. 75 días después, el descubrimiento de los cadáveres levantó una gran alarma social. La repercusión mediática fue inmediata. "El caso fue seguido de cerca por los medios de comunicación que incidieron en la divulgación de los detalles más macabros y terroríficos, ello impidió asimismo repensar el crimen sexual en términos político-feministas", señala Barjola.

La investigadora hace una comparación entre los asesinatos cometidos por Jack el destripador a finales de la época victoriana y el crimen de Alcásser; y plantea que cien años después, el relato sobre Alcàsser desempeñó un papel parecido. El crimen de Alcásser y, sobre todo, la construcción social del relato sobre el peligro sexual resituaron los límites que las mujeres no deberían haber franqueado: "Los relatos permiten reestructurar aquellos límites que han sido traspasados por las mujeres y que podrían condicionar la continuidad del status quo sexual. Para ello, el relato asienta sus bases sobre la culpabilidad de las mujeres. Las adolescentes realizaron autostop, y, precisamente, la práctica del autostop se configura como la metáfora que identifica la frontera que no deberían haber traspasado. La práctica del autostop nos remite a una cuestión de límites y de espacios. La narrativa creada en torno al crimen de Alcásser habla de espacios inabordables que no deben ser cruzados por las mujeres; de cuerpos supliciados que trasladaran al resto de mujeres el aviso aleccionador", señala Nerea Barjola.

La reinterpretación

En el curso de su investigación, Nerea Barjola ha realizado 40 entrevistas a personas del ámbito más cercano, tanto institucional como emocional, de las adolescentes; a periodistas que siguieron el caso Alcàsser y el juicio, y al abogado de la acusación popular en el juicio celebrado en 1997. Además, ha recogido el testimonio de mujeres de entre 25 y 65 años para determinar el impacto y la influencia que las representaciones sobre el peligro sexual tienen en la vida y cotidianidad de las mujeres.

Nerea Barjola señala que el testimonio de las mujeres posibilita "definir Alcàsser no solo como una narración sobre el peligro sexual sino también como un relato de resistencia, porque darle voz al cuerpo de las mujeres sitúa la narración fuera de los límites del terror. Es decir, posibilita tomar conciencia de los efectos que para la cotidianiedad de las mujeres tienen las representaciones del peligro sexual. En este sentido, La voz es la estrategia política frontal al terror sexual. El silencio, por el contrario, introduce el tabú e impide a las mujeres resignificar y la violencia sexual. Las mujeres no ceden el espacio gratuitamente, no son cuerpos dóciles sin resistencia. Las mujeres no son solo víctimas de las representaciones sobre el peligro sexual o de la narración Alcásser. Son supervivientes a ellas."

En conclusión, Nerea Barjola afirma que el objetivo de su tesis doctoral es reinterpretar Alcásser como una narración política sobre el peligro sexual. "Resignificar el crimen de Alcásser significa hacer responsable a la sociedad de la violencia sexual y no a las mujeres. Sólo mostrando el reflejo que el crimen de Alcásser devuelve de la sociedad, se podrá situar la violencia sexual no como algo individual, sino como algo social; no como una agresión que sucede, sino como una violencia que existe porque tiene condiciones objetivas de existencia".

La autora

Nerea Barjola Ramos (Santurtzi, 1980), licenciada en Ciencias Políticas y de la Administración, doctora en Feminismos y género por la UPV/EHU. Ha realizado la tesis "Las representaciones del peligro sexual y su influencia en las prácticas de las mujeres a partir del crimen de Alcàsser 1992", en el marco de los estudios de doctorado feministas y de género, bajo la dirección de Miren Llona González, doctora del Departamento de Historia Contemporánea. Ha formado parte del grupos de investigación de la UPV/EHU GIU08/15 'La experiencia de la sociedad moderna en España 1870-1970', y GIU11/12 "La experiencia de la sociedad moderna en España 1870-1990'.