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Construyendo puentes entre la Universidad y la escuela

El Minor de Educación Infantil ‘Hezkuntza berrikuntza’ de la Facultad de Educación de Bilbao pone en marcha una iniciativa para compartir la innovación educativa con los centros escolares y conocer los procesos que se dan en sus aulas

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Fecha de primera publicación: 27/01/2022

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El hall de la Facultad de Educación de Bilbao fue el escenario elegido para la exposición de las propuestas innovadoras para las cinco escuelas que han participado en el proyecto. FOTO: Laura López. UPV/EHU

53 estudiantes del Minor de Educación Infantil ‘Hezkuntza Berrikuntza’ (Innovación en Educación) de la Facultad de Educación de Bilbao acaban de vivir una experiencia muy enriquecedora: han trabajado con el profesorado de cinco escuelas en la búsqueda de soluciones novedosas para algunos de los problemas detectados en esos centros. La Universidad del País Vasco y la escuela pública, crean, así, un puente de fructífera colaboración, en la que ha sido imprescindible la intermediación del Servicio de Apoyo “Berritzegune” del Departamento de Educación.

El hall de la Facultad de Educación de Bilbao estaba a rebosar: El alumnado del Minor de Educación Infantil "Hezkuntza Berrikuntza" (Innovación en Educación) ultiman los detalles de sus exposiciones, las profesoras de las escuelas de Educación Infantil que han participado en la iniciativa esperan para escuchar las propuestas elaboradas para sus centros; Nere Inda, coordinadora de Educación Infantil del Berritzegune expectante por ver el resultado final de la iniciativa y el profesorado del Minor, Miriam Peña, Nagore Martinez, Mikel Iruskieta, Janire Castrillo, Ana Berreteaga y Josune Landa, disfrutando del momento estelar de un proyecto que, como suele ocurrir en muchas iniciativas innovadoras, nadie sabe a ciencia cierta cómo acabará.

La idea surgió cuando en el Minor Hezkuntza Berrikuntza, se propusieron estrechar lazos con la escuela pública para conocerse mejor y colaborar. “En la Universidad nos interesa saber qué procesos transformadores se están dando en la escuela pública y esta debe poder beneficiarse de la investigación que hacemos aquí”, asegura Miriam Peña. Por ello se puso en contacto con Nere Inda, responsable de Educación Infantil de los Servicios de Apoyo del Departamento de Educación, Berritzegune, y promotora de proyecto “Mugimendu autonomoa” para el desarrollo formativo de Educación Infantil, para proponerle la idea y que intermediara con los centros. Esta aceptó sin dudarlo. “La idea de colaborar con la Universidad me pareció fantástica. En ocasiones somos muy autocomplacientes con lo que hacemos y en otras, en cambio, demasiado críticas; así que nos viene genial que alguien venga de fuera y nos de su opinión y aportaciones”, explica una Nerea Inda feliz al ver el resultado final del proyecto.

Sobre el papel la idea era sencilla: “En su día a día cada escuela debe solventar numerosos problemas que no estaban previstos -explica Peña-. Eso no se ve en las clases teóricas de la Facultad, por eso queríamos que nuestro alumnado lo conociera de primera mano y aplicara la investigación y la innovación que les enseñamos para hacer frente a algunos de los obstáculos que vieran en cada centro”.

“Las escuelas valoran este trabajo: propuestas de soluciones, bibliografía, apertura de nuevos espacios de trabajo,… y nuestro alumnado considera muy positivo ese contacto y poder trabajar sobre proyectos reales.

Una simbiosis que agradecen ambas partes, “las escuelas valoran este trabajo: propuestas de soluciones, bibliografía, apertura de nuevos espacios de trabajo,… y nuestro alumnado considera muy positivo ese contacto y poder trabajar sobre proyectos reales. Se percibe la importancia de la conexión entre la Universidad y la sociedad”, asegura la coordinadora del Minor.

“En La Baluga llevamos cerca de seis años trabajando la innovación educativa y para nosotras es muy importante poder compartir los resultados obtenidos”, explica Inoxka Angulo, profesora de esta escuela infantil de Sopuerta. Un planteamiento que comparte su compañera de centro, Idoia Angulo, quien recuerda que “nosotras no tuvimos la oportunidad de vivir así la realidad de los centros cuando éramos estudiantes y es muy importante pasar de las teorías del aula a las vivencias de la escuela”. Un beneficio mutuo ya que, como reconoce Inoxka, “también nos sirve para ver qué se esta haciendo ahora en la Universidad, si desarrollamos las mismas metodologías que la facultad. Es fantástico crear estos puentes entre ambos mundos”, asegura.

De la Facultad a la escuela

El profesorado del minor llevó a sus 53 estudiantes a las escuelas infantiles de Natxitua, Otxandio, Saldupe (Ondarroa), Eretza barri (Sodupe), La Baluga (Sopuerta) y allí, pudieron observar in situ cómo se pone en práctica el modelo educativo de Educación Infantil, que han denominado “Movimiento autónomo” y en el que participan más de un centenar de escuelas de Educación Infantil de la red de enseñanza pública. Así mismo, conversaron con el profesorado de cada centro, quienes les transmitieron su preocupación por los problemas particulares a los que querían dar una solución.

“Para nosotras fue un gran reto acoger a todo el grupo en nuestra aula -explica Maialen Azkarraga, de la escuela infantil de Otxandio- no solo por la cantidad de estudiantes que eran, sino porque, con la pandemia, habíamos tenido que adaptar el modelo didáctico a la nueva situación y queríamos que lo vieran como lo hacemos en situación de normalidad, así que hicimos cambios para que fuera lo más fiel posible”.

Tras la visita a los cinco centros, el alumnado se dividió en seis grupos y abordaron aquellos problemas que habían comentado con el profesorado de cada escuela, a los que debían dar una solución innovadora, para lo que han dedicado cada grupo alrededor de 180 horas de trabajo (treinta por estudiante).

Acabado el periodo de reflexión y elaboración de propuestas, la Facultad de Educación organizó una jornada en la que invitaron todas las personas participantes en la iniciativa y, tras mostrarles el centro, cada grupo de estudiantes explicó mediante posters, material audiovisual, etc las soluciones ideadas a las representantes de las escuelas que les había correspondido.

“Cuando comenzamos el proyecto, nos pareció todo muy extraño, asegura Idoia Díez, estudiante del Minor que ha participado en la propuesta “Jolastokitik haratago”, para la escuela Eretza barri de Sodupe. Una vez que comenzamos las visitas y nos fueron explicando, nos pareció una idea genial”. En su caso, han propuesto un cambio de la estructura del patio, una solución planteada desde las ciencias naturales; introduciendo elementos de la naturaleza (hierba, diferentes estructuras naturales para habilitar espacios de psicomotricidad y simbólicos, etc).  

Maialen Azkarraga, profesora de la escuela de Otxandio, afirma que “hoy no sabía bien qué íbamos a encontrarnos y ha sido una gran sorpresa, porque detectaron perfectamente cuáles eran nuestras carencias y fortalezas. Me ha sorprendido -añade- que, siendo tan jóvenes, lo hayan visto tan bien. Se nota que detrás de una propuesta tan razonada, ha habido trabajo y reflexión”.

Nere Inda, coordinadora del Berritzegune, no duda en asegurar que “si hay posibilidad de repetir, lo haremos e, incluso, quizá alguna que otra cosa más, como ampliar trabajos por asignaturas… ya veremos”. Una visión positiva que comparte el profesorado de las escuelas consultado. Y ocasión seguirá habiendo en este Minor porque, como aseguraba Inda al alumnado al principio de la exposición, “la escuela es transformación, como la vida y siempre habrá actualizar lo que tenemos en las aulas”.