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Ficciones inmunitarias. Relatos culturales del contagio y la alteridad amenazante
Immunitarian fictions. Cultural narratives on contagion and threatening alterity
Papeles del CEIC. International Journal on Collective Identity Research, núm. 1, 2018
Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea

Presentación

Usted es libre de: copiar, distribuir y comunicar públicamente la obra Bajo las condiciones siguientes: Reconocimiento — Debe reconocer los créditos de la obra de la manera especificada por el autor o el licenciador (pero no de una manera que sugiera que tiene su apoyo o apoyan el uso que hace de su obra). No comercial — No puede utilizar esta obra para fines comerciales. Sin obras derivadas — No se puede alterar, transformar o generar una obra derivada a partir de esta obra. Entendiendo que: Renuncia — Alguna de estas condiciones puede no aplicarse si se obtiene el permiso del titular de los derechos de autor Dominio Público — Cuando la obra o alguno de sus elementos se halle en el dominio público según la ley vigente aplicable, esta situación no quedará afectada por la licencia. Otros derechos — Los derechos siguientes no quedan afectados por la licencia de ninguna manera: Los derechos derivados de usos legítimos u otras limitaciones reconocidas por ley no se ven afectados por lo anterior. Los derechos morales del autor; Derechos que pueden ostentar otras personas sobre la propia obra o su uso, como por ejemplo derechos de imagen o de privacidad. Aviso — Al reutilizar o distribuir la obra, tiene que dejar bien claro los términos de la licencia de esta obra. El/la autor/a puede hacer libre uso de su artículo indicando siempre que el texto ha sido publicado en Papeles del CEIC. International Journal on Collective Identity Research y cualquier re-edición del mismo deberá contar con la autorización de la revista.

Ficción e inmunidad. La idea en torno a la que pivota este dossier pone en relación dos conceptos que parecieran pertenecer a campos semánticos y disciplinarios diferentes. Y sin embargo, el análisis de las ficciones culturales que pueblan nuestra cotidianidad y que a través del televisor, la pantalla del ordenador o del ebook llegan a nuestros hogares, revela que muchas de ellas participan activamente de la lógica de la inmunidad tal como Roberto Esposito la ha analizado en diferentes textos (2003, 2005, 2012); es decir, trabajan para mantenernos en estado de alerta ante aquellos elementos sociales que, de un modo u otro, se nos dice que amenazan con destruir nuestra comunidad. Envueltas en el ropaje del entretenimiento, de la estética sombría o de la acción trepidante, estas ficciones presentan a menudo escenarios extremos en los que algunas tensiones del mundo contemporáneo aparecen llevadas a su punto límite. En ellas, por tanto, resulta más fácil identificar claramente los peligros potenciales de un mundo ante el que, parecen decirnos estos relatos, no estamos suficientemente protegidos.

En los años setenta, en un contexto de acelerada transformación social y surgimiento de nuevos modelos de vida en Estados Unidos, películas como El justiciero de la ciudad (Winner, 1974) o la saga de Harry el sucio (Siegel, 1971; Post, 1973; Fargo, 1976) fijaron una sintaxis narrativa en la que un héroe solitario —justiciero incomprendido, interpretado por actores que encarnaban una masculinidad rocosa como Charles Bronson o Clint Eastwood— se enfrentaba a dos enemigos simultáneos. Por una parte, una delincuencia de baja estofa pero alta peligrosidad, que fuera de cualquier consideración social era conceptualizada como un síntoma de la degradación moral de la sociedad, vinculada a menudo a la relajación de las costumbres, la caída de las antiguas fuentes de autoridad y, en no pocas ocasiones, al impacto de los procesos de igualdad —étnica y de género— que habían tenido lugar en la década anterior. Por otra parte, un sistema jurídico y un reglamento policial conceptualizado como una fuente de trabas para el ejercicio de la justicia real, en cuyo sistema excesivamente garantista se escudaban delincuentes de alta peligrosidad: en vez de proteger los derechos de la ciudadanía, el sistema judicial estaría defendiendo los derechos potenciales de asesinos y violadores.

Estas películas, de gran éxito popular, llevaban a cabo un doble gesto. Por una parte, un sobredimensionamiento de la violencia urbana, que describía a las ciudades como infiernos de caos, inseguridad y violencia. A través de la metáfora del contagio estas películas alertaban de la potencial expansión del caos a todo el país. Por otra, un cuestionamiento explícito de los métodos legales para acabar con dicha violencia social. En ese contexto, las películas proponían una identificación emocional con el protagonista —a partir, por ejemplo de la mostración de su dolor por la pérdida de mujer e hija en un atraco, en el caso de El justiciero de la ciudad— cuya única forma de impartir justicia era saltándose los límites de la legalidad y, debido a la debilidad de las instituciones, utilizar la violencia para castigar a los culpables. Desde luego, estas películas se integraban en un debate social sobre las formas de combatir la delincuencia y, en relación con él, argumentaban claramente la necesidad de un endurecimiento de las penas, y de dar carta blanca a la policía para utilizar, en sus investigaciones, cualquier método posible para acabar con la delincuencia. Más que eso, estas películas creaban una experiencia emocional que llevaba a los espectadores a conectar afectivamente con ese argumento, aunque racionalmente pudieran rechazarlo. Es decir, espectadores que en cualquier conversación hubieran rechazado la tortura o la violencia policial como métodos legítimos, en la experiencia vivida al ver la película llegaban a desear fervientemente que Harry Calahan torturara a un delincuente para conocer el destino de una mujer secuestrada o que Paul Kersey ejecutara a los ladrones del metro para limpiar la ciudad. Estas películas, pues, no trataban de convencer a sus espectadores mediante argumentos y razones, sino que proponían una experiencia emocional —llena de sufrimiento individual, imágenes violentas y golpes al ojo del espectador— que llevaba al espectador a interiorizar, a menudo de forma irracional, la necesidad de una violencia inmunitaria para conjurar la amenaza de una violencia mayor.

Se trata de un ejemplo paradigmático de lo que he propuesto llamar “ficciones imnunitarias”, esos relatos que generan una experiencia emocional, y una representación de la sociedad, que traduce a claves narrativas los principios de lo que Roberto Esposito denominó el “paradigma inmunitario” (2005). Nos interesarán también, por su relación con las anteriores, aquellas ficciones culturales que tratan de problematizar, explorar o denunciar las formas sociales de la inmunidad y cómo afectan a las dinámicas sociales y a la propia vida de la comunidad. Son, sin duda, un número menor que aquellas que argumentan sin paliativos la necesidad de inmunizar la sociedad, pero su relevancia es tal en los últimos años que nos indica que el problema de la violencia inmunitaria se ha convertido en una de las preocupaciones culturales más acuciantes de los últimos tiempos. Y esa preocupación es, claro, también caldo de cultivo de relatos y ficciones, que tratan de darle un marco de comprensión eficaz.

Este dossier aborda, desde perspectivas diferentes, el funcionamiento de esas “ficciones inmunitarias”, especialmente aquellas que aluden a la necesidad de detener la extensión de un contagio (ya sea este literal o metafórico) o de proteger a la comunidad ante los peligros de una alteridad amenazante. Atendemos en él a un corpus de ficciones que se relacionan con la inmunidad en la doble dirección ya señalada: por una parte, relatos que, de un modo u otro, participan de la lógica de la inmunidad social; por otra, relatos que la tienen como objeto de representación, de reflexión e incluso, a veces, de denuncia. Y lo aborda en tres ejes más o menos diferenciados, pero que se interconectan y retroalimentan unos a otros: el primero construye una mirada compleja en torno a la imaginación política de la inmunidad y su cristalización en ficciones culturales y en narrativas sociales; el segundo se detiene en la representación del otro social como amenaza; el tercero explora las formas diversas del monstruo inmunitario en la sociedades contemporáneas y en figuras colindantes como el cuerpo excremencial, que pueblan algunas de las ficciones más sombrías de la actualidad.

La imaginación inmunitaria

El monográfico se abre con el artículo que dedico a las “Ficciones inmunitarias. Sobre la lógica de la inmunidad en la cultura contemporánea” y en el que se define con detalle el concepto que da sentido a este dossier, el de la ficción inmunitaria. A través de un análisis de relatos culturales —fundamentalmente novelas y películas— que tematizan diversas formas de amenaza o contagio, se exploran las diferentes formas de puesta en relato de la lógica que Roberto Esposito definió como inmunitaria. Zombis, epidemias y escenarios apocalípticos son convocados para interrogar qué nos dicen los relatos que los alojan sobre las lógicas de la inmunidad a las que esas figuras dan cuerpo. Junto a ellas, una reflexión sobre aquellas ficciones que ponen en relato las contradicciones, límites y violencias de la lógica de la inmunidad y sobre el modo en que ésta ha permeado nuestra propia percepción de la realidad.

El artículo de Miguel Ángel Martínez García “La “imaginación política de la inmunidad”. Del “cuerpo social” a la “comuna del cuerpo””, se centra en dos textos literarios de Diamela Eltit para detectar en ellos las claves de la imaginación política de nuestra época. El mundo convertido en hospital, en el que el cuerpo humano se somete por completo al poder de la biomedicina, aparece como metáfora de una invasión completa de todas las franjas de la vida. En ese espacio, Diamela Eltit articula un conjunto de imágenes corporales que configurarían una “imaginación política de la inmunidad”. De acuerdo al trabajo de Martínez García, la puesta en relato de esa imaginación inmunitaria no sólo nos ayuda a comprender la forma en que funciona sino que nos ofrece, también, las claves para cuestionarla y transformarla.

La aportación de Raquel Taranilla, “El cuerpo y los peligros cotidianos: origen y consolidación del individuo hipervigilante en el imaginario colectivo” analiza el modo en que la idea de riesgo se ha introducido en la forma en que los individuos experimentan la seguridad y la libertad. Su tesis es que el riesgo ha penetrado en la esfera privada de los individuos haciendo emerger una nueva subjetividad: la del individuo hipervigilante. Taranilla analiza, en relación con ese nuevo sujeto, el modo en que la razón actuarial (aquella que pone la estadística al servicio del cálculo de riesgos) modifica la percepción que los individuos tienen de su cuerpo y de los peligros que lo amenazan. Para reflexionar sobre la presencia de la hipervigilancia en el imaginario colectivo la autora analiza ejemplos de la obra narrativa de Lydia Davis.

El otro como amenaza

El monográfico continúa con dos artículos que cruzan el análisis cinematográfico con una cuestión central en la imaginación de la inmunidad: la construcción del otro como amenaza y, por ello mismo, como enemigo. El artículo de Lior Zylberman, “El ciclo de la cucaracha. Sobre Matière Grise, biopolítica y el genocidio ruandés” analiza el modo en que el primer largometraje de origen ruandés, Matière Grise (Kivu Ruhorahoza, 2011), pone en relato la lógica inmunológica subyacente en el genocidio ruandés sucedido en 1994. Frente a otras versiones que han apostado por estéticas realistas para representar la masacre, la película de Ruhorahoza presenta una basada en el extrañamiento y el distanciamiento. La lectura de Zylberman pone en el acento en el modo en que la película construye una serie de metáforas para dar cuenta de la deshumanización y estigmatización del otro que antecedió al genocidio ruandés, y que parece condensarse en la figura de la “cucaracha”, apelativo con el que, desde los medios de propaganda hutus se estigmatizó a la comunidad tutsi en los meses previos al genocidio.

Maria Pilar Rodríguez y Fernando Bayón Martín, en su trabajo “Ficciones de inmunidad en el cine contemporáneo europeo. Dos lecturas de los marcos sociales de la inmigración desde Welcome y Le Havre”, analizan dos películas en las que ciudadanos europeos se ven expuestos a un castigo institucional por prestar apoyo y hospitalidad a inmigrantes o refugiados en situaciones de peligro. De esa forma, ambas películas ponen escena no el miedo al contagio sino los efectos sociales devastadores de las políticas inmunitarias y la extensión global del miedo que estas producen en relación con los procesos migratorios.

Monstruos inmunitarios

El monográfico continúa con cuatro artículos que abordan el modo en que la cultura contemporánea genera imágenes, relatos y ficciones que condensan de un modo desplazado las angustias y miedos generados por la lógica de la inmunidad en el mundo contemporáneo. Monstruos, zombis, cuerpos deshechos, carnes despojadas de sujeto… tratan de condensar imaginariamente algunas de las tensiones producidas en nuestras sociedades por la lógica de la inmunidad y las violencias que despliega.

Victor Pueyo, en su trabajo “Ficciones víricas y ficciones sacrificiales. Notas sobre biopolítica y contagio en España” alude a la vinculación directa entre el paradigma inmunitario y el neoliberalismo contemporáneo, y divide en dos grandes ramas las narrativas que surgen del paradigma inmunitario: las ficciones víricas y las ficciones sacrificiales. Con el primer concepto hace referencia a aquellas ficciones (sociales y culturales) que se basan en la idea del contagio y que utilizan la matriz de la expansión incontrolada de un virus para legitimar o problematizar la violenta respuesta inmunitaria. Con el segundo concepto alude a las ficciones que narran la expulsión ritual de uno o varios miembros de una comunidad dada con el fin de preservar su pureza.

Las cucarachas habían sido, como se ha señalado a propósito del artículo de Lior Zylberman, la metáfora fundamental a través de la cual se construyó un enemigo deshumanizado en el genocidio ruandés. El artículo de David Becerra Mayor “Ficción inmunitaria y falsa conciencia. Sobre “Men Against Fire” de Black Mirror” vuelve sobre el tema desde otro ángulo: el análisis de un capítulo de la serie futurista Black Mirror en el que los soldados de unas fuerzas de ocupación ven alterada su percepción para ver y escuchar a la población que deben exterminar como monstruos deshumanizados a los que se les da, no por casualidad, el apelativo de “cucarachas”. Becerra Mayor analiza el modo en que se pone en relato ese dispositivo de alteración deshumanizadora de la percepción y lo relaciona con algunas inflexiones del debate marxista en torno a la ideología. Argumenta, además, que la lucha de los perseguidos en la ficción por “desactivar” el dispositivo cerebral del protagonista puede identificarse con la lucha global para desnaturalizar, haciéndola visible, la lógica del capitalismo contemporáneo.

La aportación de Nuria Girona Fibla en el texto “La vida en resto. Cuerpos y basura en Alicia Dujovne Ortiz, Fernando Brito y Manuel Pinedo” se centra en el análisis de tres propuestas culturales recientes —crónica periodística, fotografía y novela— en las que el cuerpo aparece representado como deshecho y residuo. A través de su análisis aborda el lugar tensional y a menudo contradictorio que ocupa el cuerpo en la reconfiguración biopolítica de la vida y la muerte en contextos marcados por la lógica de la inmunidad.

Cierra esta serie de artículos el trabajo de Martín de Mauro y Jose Platzeck “En carne viva. Políticas de muerte en Otto; or Up with Dead People de Bruce LaBruce” en el que se analiza la figura del zombi en la propuesta postporno de LaBruce. Los autores reflexionan en torno a las políticas de la muerte conceptualizando el zombi como un monstruo biopolítico. Esa figura les permite indagar en las formas de categorización de la vida a partir de la distinción que el film hace entre carne viviente y carne consumible. En ese contexto, los autores exploran las formas de agenciamiento y la posibilidad de una “potencia afirmativa” en el interior del paradigma inmunitario y las políticas de muerte contemporáneas.

Inmunidad, comunidad, biopolítica

Esos diez artículos de investigación constituyen la aportación fundamental de este monográfico, pero esta se complementa con otros textos de diferente naturaleza que alimentan otras secciones de este número. En primer lugar, y como no podía ser de otra forma, en la sección “Fundamentales” publicamos un trabajo de Roberto Esposito titulado “Inmunidad, comunidad, biopolítica”, que recoge la conferencia impartida por él 19 de octubre de 2011 en la Universidad Complutense de Madrid, dentro de una serie de actividades organizadas por la asociación TALES de estudiantes de postgrado, y publicada originalmente por la revista Las Torres de Lucca en su número 0 (2012). En el texto Esposito hace un repaso a los tres conceptos centrales de su trabajo teórico de las últimas décadas y establece las relaciones entre ellos, abriendo un conjunto de problemas y una línea de reflexión de la que los planteamientos de este monográfico son sin duda herederos. Complementa este texto la reseña de firmada por Enrique Andrade Martínez de dos de los libros mayores de Esposito: Communitas. Origen y destino de la comunidad [1998] (2003), e Inmunitas. Protección y negación de la vida [2002] (2005), en los que se desarrollan los conceptos centrales que vertebran los trabajos de este volumen.

Para terminar, en la sección de “Crítica audiovisual” tres textos analizan producciones audiovisuales concretas, que ejemplifican de formas diferentes la relación recurrente entre ficción e inmunidad. Raúl Molina Gil disecciona Contagio (Soderbergh, 2011), exponente cumbre de la ficción sobre la expansión del virus en el espacio interconectado del capitalismo global. Antonio García del Río hace una lectura de Criando ratas (Salado, 2016) en relación con el surgimiento de la estética neo-quinqui y las nuevas formas de representación de la exclusión social. Yo mismo firmo el análisis de la saga de Los juegos del hambre (Ross, 2012; Lawrence, 2013, 2014 y 2015) en el que se analizan los límites de la imaginación distópica contemporánea en relación con las contradicciones de la representación que se dan en su interior.

Ficción e inmunidad, pues: dos entradas analíticas que se cruzan permanentemente y cuya compleja relación hemos tratado de abordar en este monográfico. No por casualidad las contribuciones que lo forman provienen de tradiciones y espacios diferentes e involucran, incluso, diversas bibliotecas, referencias y estilos de investigación. Sin embargo, todas ellas participan de una misma voluntad de análisis crítico y social de la cultura, que más allá de los criterios mistificados del campo que toma como objeto, analiza los productos culturales en relación con las peleas sociales por la construcción del sentido. ¿De qué modo las ficciones contemporáneas participan, se hacen eco y traducen a claves narrativas los principios de la inmunidad social?, ¿de qué modo, por otra parte, pueden darnos claves para comprender su funcionamiento, sus contradicciones y las formas posibles de resistirnos a sus formas cada vez más sutiles de vigilancia, segregación y violencia? El objetivo explícito de este volumen es abrir una discusión lo más amplia posible en torno a esas preguntas que consideramos claves para entender la cultura contemporánea y el modo en que esta participa en la construcción del sentido social.

Referencias

Esposito, R. (2003). Communitas. Origen y destino de la comunidad. Buenos Aires, Amorrortu Editores.

Esposito, R. (2005). Inmunitas: protección y negación de la vida. Buenos Aires: Amorrortu Editores.

Esposito, R. (2012). Inmunidad, comunidad, biopolítica. Las Torres de Lucca, 0, 101-114.

Fargo, J., y Daley, R. (1976). Harry el ejecutor. Los Ángeles: Malpaso Company.

Lawrence, F. (2013). Los juegos del hambre: en llamas. EEUU: Lionsgate / Color Force.

Lawrence, F. (2014). Los juegos del hambre: Sinsajo –parte 1. EEUU: Lionsgate / Color Force.

Lawrence, F. (2015). Los juegos del hambre: Sinsajo –parte 2. EEUU: Lionsgate / Color Force.

Post, T. (1973). Harry el fuerte. Los Ángeles: Malpaso Company.

Ross, G. (2012). Los juegos del hambre. EE.UU.: Lionsgate / Color Force.

Salado, C. (2016). Criando ratas. Alicante: Rubén Fernández.

Siegel, D. (1971). Harry el sucio. Los Ángeles: Malpaso Company / Warner Bros. Pictures.

Soderbergh, S. (2011). Contagio. Los Ángeles: Warner Bros. Pictures / Double Feature Films / Participant Media / Regency Enterprises.

Winner, M. (1974). El justiciero de la ciudad. Los Ángeles: Paramount Pictures / Dino De Laurentiis Production / Tom Ward Enterprises.



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