¿Como acrecentar la influencia cristiana en el mundo actual?

Documentos, 11 zk., 1952

      El análisis de la influencia cristiana en la vida temporal nos la muestra como un fenómeno muy complejo. Lo que más nos importa es saber de qué manera esa influencia cristiana puede será aumentada: hoy sentimos acaso con mayor intensidad que en ninguna otra época de la Historia la gran necesidad del mundo. La acción de los cristianos sobre el mundo debe ser urgida, acelerada, porque de lo contrario nuevas catástrofes, de magnitud imprevisible, caerán sobre el género humano. ¿Por qué la influencia cristiana es todavía insuficiente? ¿De qué manera lograremos que el cristianismo alcance hoy el grado de eficacia necesaria para salvar al mundo del caos?

      La salvación del mundo actual no puede venir de un sistema político o de una organización económica. El Santo Padre nos hablaba en su último Mensaje de Navidad de esa superstición que da por cierto que «la salvación debe brotar de la organización de los hombres y de las cosas en una estricta unidad, capaz del más alto poder productivo». En rigor, la salvación, aun histórica, del género humano, sólo puede venir de Cristo. Sólo Él posee el principio eficaz de salvación. Pero para que esta eficacia pueda ser llevada a término, para que pueda ser efectiva, se necesita que los cristianos funcionen como el elemento catalizador que ponga al mundo en contacto con Cristo. Esto requiere una acción inteligente, nada fácil e incluso, a veces, comprometida, pero a la cual no podemos renunciar en ningún momento. Debe pretenderse que los cristianos se muevan el mundo con mayor agilidad mental que los hijos de las tinieblas, es decir que todos aquellos que sólo buscan la realización de sus egoísmos. La cuestión que aquí se plantea: «¿Cómo acrecentar la influencia cristiana en el mundo?». No debería dejarnos descansar un momento porque sólo mediante esa influencia el mundo actual puede ser salvado.