Karlos Santamaria eta haren idazlanak

 

Hoy se lanza la bomba at贸mica. 驴Puede ser destruido nuestro Planeta?

 

La Voz de Espa帽a, 1946-06-30

 

      El Departamento de Marina de los Estados Unidos ha fijado para hoy, domingo, el lanzamiento de la bomba at贸mica en la ya famosa isla oce谩nica de Bikini. Cuando este hecho sensacional tenga lugar, los espa帽oles, por raz贸n de la hora, habremos penetrado ya en los dominios del lunes. Lo probable es que sigamos durmiendo tranquilamente sin preocuparnos de la hecatombe, pero no han de faltar quienes, movidos por el sensacionalismo de algunas noticias alarmantes difundidas por las agencias period铆sticas, aguarden vigilantes el comienzo de la supuesta cat谩strofe.

      Como ya admit铆amos a ra铆z del lanzamiento de la primera bomba en Hiroshima, este tema de la energ铆a at贸mica, no ha de perder tan f谩cilmente su actualidad, como ocurre con tantos otros que, despu茅s de haber ocupado el primer plano del inter茅s mundial, pasan r谩pidamente al olvido... Se ha hablado mucho, se habla y se seguir谩 hablando de la bomba at贸mica durante largo tiempo, acaso durante siglos, porque esta invenci贸n es de las que abren paso a Eras nuevas; figura, evidentemente, como el descubrimiento de Am茅rica o la invenci贸n de la imprenta, entre los grandes hechos hist贸ricos que modifican el rumbo de la Humanidad. En vano la Comisi贸n de la energ铆a at贸mica trata de localizar el problema y de evitar, mediante un acuerdo internacional la utilizaci贸n b茅lica de los 煤ltimos descubrimientos. No es posible encadenar al le贸n con hilo de zurcir... y este le贸n va a dar mucho que hacer a los domadores.

      Los cronistas diplom谩ticos han adjudicado cierta finalidad p贸ntica al experimento de Bikini. Sin perjuicio de que la tenga —y muy importante tal vez— hay que destacar los objetivos t茅cnicos del ensayo, algunos de los cuales son extraordinariamente curiosos e interesantes. Se trata, en s铆ntesis, de determinar los efectos mec谩nicos, f铆sicos, qu铆micos y biol贸gicos de la desintegraci贸n hasta ahora s贸lo conocidos en sus l铆neas generales.

      Una gran flota laboratorio se ha acercado ya al lugar de la experiencia. Los t茅cnicos que viajan a bordo de la misma, deber谩n encargarse no s贸lo de dirigir el desarrollo del experimento sino de vigilar y controlar, con todo cuidado, sus resultados. Se ha instalado a este efecto un peque帽o ej茅rcito de vanguardia, constituido por un gran n煤mero de aparatos registradores de las m谩s variadas especies. Pir贸metros y term贸grafos destinados a inscribir las elevadas temperaturas que seg煤n parece han de alcanzarse; bal贸grafos con el fin de estudiar la onda de presiones; sism贸grafos para el an谩lisis de la convulsi贸n s铆smica... He aqu铆 los soldados, mec谩nicos de la Ciencia que ser谩n los primeros en enfrentarse con la era at贸mica. Para analizar la influencia del fen贸meno en las capas inmediatas a la atm贸sfera se proceder谩 al lanzamiento simult谩neo de globos sondas, portadores, tambi茅n, de instalaciones registradoras y de cuyas indicaciones ser谩 posible m谩s tarde deducir la propagaci贸n vertical de las radiaciones destructoras... Se dispondr谩 asimismo de instrumentos para el recuento de iones c贸smicos en una zona muy extensa, pues se presume que una ionizaci贸n notable debe acompa帽ar al fen贸meno local de la desintegraci贸n. Ning煤n detalle ha sido olvidado, al parecer, por los t茅cnicos norteamericanos: por un momento la isla y sus alrededores van a quedar convertidos en un inmenso laboratorio, en un gigantesco tubo de ensayo de cerca de un mill贸n de kil贸metros c煤bicos de volumen...

      Todav铆a tiene mayor inter茅s el estudio de los efectos biol贸gicos de la explosi贸n. Se sabe, naturalmente, que en el centro convulsivo del fen贸meno, ning煤n rastro de vida org谩nica puede subsistir pero conviene conocer el efecto producido a diversas distancias y en distintas especies animales. Las lesiones producidas por la explosi贸n no se reducen a quemaduras y erosiones superficiales, ni a fracturas, roturas y desgarramientos puramente mec谩nicos, como en el caso de los bombardeos ordinarios, sino que se ampl铆an con lesiones en las v铆sceras interiores, originadas por la intensa penetraci贸n de proyectiles infinitamente peque帽os. Los desdichados animales, de faunas, tama帽os y edades muy diversas que en estos momentos son desembarcados en el paraje fatal, bien ajenos al destino que les aguarda, deber谩n sufrir las consecuencias de tan variados y desagradables efectos. Pero otros seres vivos de proporciones mucho m谩s reducidas van a ser tambi茅n sometidos a la acci贸n del bombardeo. Los bi贸logos se hallan muy interesados en conocer el efecto de la desintegraci贸n sobre bacterias, bacilos y dem谩s personajes infinit茅simos que por su peque帽ez misma se mantienen ajenos a la acci贸n de los proyectiles ordinarios.

      Cabe suponer que los proyectiles i贸nicos no les ser谩n tan indiferentes y a fin de comprobarlo van a disponerse cultivos microbianos que examinados m谩s tarde al microscopio, est谩n llamados a revelar las consecuencias de la explosi贸n en esos universos infinitamente peque帽os, de los cuales depende en gran manera nuestra propia existencia fisiol贸gica.

      Parece que, al mismo tiempo que la bomba, se trata de ensayar las posibilidades de defensa contra la misma, las cuales nunca faltan por completo y, en especial cierto engendro b茅lico que, seg煤n se anuncia, han descubierto ya los norteamericanos y que anula enteramente la acci贸n ofensiva de aquella. 隆A menos que esta noticia no constituya tambi茅n un ardid diplom谩tico para desalentar a los rusos en sus avances hacia el secreto at贸mico!

      Los observadores m谩s pr贸ximos han tomado numerosas precauciones tanto para protegerse del efecto de las radiaciones, como para mantener fuera del alcance de la explosi贸n los buques, elementos de trabajo y aparatos: hasta se ha previsto una posible corrupci贸n de los alimentos por causa de la perturbaci贸n atmosf茅rica creada. El capit谩n G.M. Lyon, de la Marina norteamericana ha afirmado, en contra de los rumores que circulaban, que nadie corre riesgo de ceguera provey茅ndose de lentes protectoras de cuarzo, y el doctor Warner ha dado toda clase de seguridades en el sentido de que la explosi贸n quedar谩 limitada sin propagarse fuera de su campo de acci贸n...

      驴Qu茅 puede ocurrir, si contra todas 茅stas previsiones, se presenta una anormalidad catastr贸fica, una sorpresa...?

      Se explica bastante bien que los habitantes de las regiones pr贸ximas se encuentren algo preocupados. No tendr铆a nada de extra帽o que la explosi贸n provocase un peque帽o terremoto o un maremoto como el que no hace mucho agit贸 la zona de las islas Aleutianas. Hay que tener presente que la sima del pac铆fico padece un desequilibrio general de car谩cter volc谩nico. Es la regi贸n de la Tierra en que la superficie del planeta se est谩 hundiendo y causas de poca importancia pueden provocar en ella grandes cataclismos, al desplegarse con rapidez la energ铆a de labilidad que permanece latente, como una casa ruinosa que ha resistido a帽os y a帽os los embates del tiempo y se derrumba estrepitosamente el d铆a menos pensado y por la causa m谩s insignificante...

      Tambi茅n hay ciertas probabilidades de que la explosi贸n produzca un tornado diminuto en sus comienzos, que impulsado por condiciones meteorol贸gicas eventualmente favorables y, sobre todo, por la fuerza que a estos fen贸menos imprime la rotaci贸n de la Tierra en las proximidades del Ecuador, se extienda y llegue a constituir un aut茅ntico baguio de los que frecuentemente agitan las costas del Pac铆fico en las regiones tropicales.

      Nadie duda hoy sobre la posibilidad te贸rica de provocar tormentas artificiales, aunque en la pr谩ctica se tropiece con el inconveniente, nada despreciable, de que para ello se precisen cantidades inveros铆miles de energ铆a. Pues bien, en el acto de la explosi贸n, deber谩 producirse un calentamiento del aire tan importante que inmediatamente se elevar谩 del suelo una corriente ascensional muy fuerte y con ella la atm贸sfera habr谩 entrado en conmoci贸n. El resto deber谩 hacerlo, si se decide a ello la energ铆a de labilidad de la propia Atm贸sfera.

      Para los que vivimos en las ant铆podas de 芦lugar del suceso禄 el asunto no merece la pena de perder el sue帽o. Existe, en efecto, una tendencia universal una ley del mundo f铆sico, que es la inercia, en virtud de la cual, todo elemento tiende a oponerse perezosamente a que se modifique el estado en que se encuentre. Rige este principio tanto en la mec谩nica como en todos los dem谩s dominios de la F铆sica y de las Ciencias experimentales... El calor se propaga con dificultad, las tormentas se incuban con lentitud, las corrientes de aire no corresponden exactamente a la direcci贸n e intensidad que te贸ricamente les corresponder铆a... Por todas partes la inercia act煤a como un gran poder moderador, protector, que evita las convulsiones violentas y mantiene las cosas en orden... El fen贸meno de la desintegraci贸n no es ajeno a esta ley de la inercia. Hay que desechar pues la hip贸tesis por algunos formulada de que la explosi贸n de Bikini pudiera contagiarse r谩pidamente y extenderse, como llama que consume una hoja de papel, hasta destruir enteramente nuestro planeta. Duerman tranquilamente quienes temen este cataclismo apocal铆ptico y no se preocupen si a la hora anunciada observan un aumento de temperatura, que no ser谩 seguramente el preludio de la gran ola de fuego, sino un efecto de su propia aprensi贸n temerosa...

 

  • Bilaketa-sistema honek letra-multzoak bilatzen ditu (ez dago ez lematizatzailerik ez inolako analisirik).

  • Hitzaren hasiera bilatzen da beti, eta ez hitzaren barrukoa (etx bilaketak ez du aurkituko basetxe).

  • Hitz-multzoak bilatu daitezke, hitz-segida emanez gero (kristau fede adibidez).

  • Bilaketaren corpusa hautatzeko aukera dago: euskarazkoetan soilik / gaztelaniazkoetan soilik / hizkuntza guztietan (euskarazkoak, gaztelaniazkoak eta frantsesezkoak batera).

Nodoa: liferay2.lgp.ehu.es