euskaraespañol

Jugadoras de élite y estudiantes de la UPV/EHU: Pros y contras

“Cuando te toca viajar, tienes que estudiar en el autobús como puedes, es complicado, pero tienes que hacerlo, si no, vas al hoyo”, afirma Enara Ajangiz jugadora del Bilbo de fútbol sala en 2º división nacional

  • Reportajes

Fecha de primera publicación: 08/07/2019

Imagen
Jugadoras de élite de la UPV/EHU. Fotos: Real Sociedad eta Bilbo Fútbol Sala.

El fútbol femenino está de enhorabuena esta temporada. Recientemente las jugadoras de la Real Sociedad han ganado por primera vez en su historia la Copa y las chicas del Bilbo FS han conseguido esta temporada el ascenso a primera división de fútbol sala, el primer equipo femenino vasco que logra esta gesta.  Muchas de estas jugadoras son alumnas de la UPV/EHU.

Para ellas, al igual que para cualquier deportista de élite, existe un ‘Plan de tutorización para deportistas universitarios de alto nivel y alto rendimiento de la UPV/EHU’, que les ayuda a poder compaginar ambas vidas. Aunque no siempre resulta sencillo. “Intento no agobiarme con los tiempos e ir a un ritmo que haga fácil compaginarlo”, afirma Manuela Lareo, jugadora de primera división de la Real Sociedad y estudiante de 4º de Administración y Dirección de Empresas, en Donostia.

En la misma línea, Leire Baños, jugadora de 1ª división de la Real Sociedad y estudiante de 3º de Educación Primaria en Donostia, afirma que el fútbol “nos quita muchas horas al día”. “Entrenamos 4-5 días a la semana, más partido. Cada día entrenamos dos horas mínimo. Además, a la mañana tenemos que ir a la Universidad y comer ahí mismo, porque a mí no me da tiempo de ir a casa. Llegamos a las 15:30 horas más o menos a Zubieta y hasta las 18:30 no nos vamos”, desvela Baños.

“Mi facultad está en Vitoria y yo resido y entreno en Donostia. Es un poco cansado realizar los desplazamientos”, asegura Beatriz Beltrán, jugadora de 1ª división de la Real Sociedad y estudiante de 3º de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Sin embargo, “es un esfuerzo que se debe realizar, porque es importante tener estudios para cuando se termine la carrera deportiva”, asevera Beltrán.  Asimismo, “durante el curso se lleva bien, porque voy a clase por la mañana y solemos entrenar por la tarde-noche y tengo tiempo para hacer las tareas. Pero en épocas de exámenes es más duro, tienes que venir a entrenar, pierdes casi toda la tarde en ello y pierdes horas de estudio al final”, desvela Enara Ajangiz, jugadora de 2º división de fútbol sala del Bilbo y estudiante de 3º en Ingeniería de Organización Industrial en Bilbao.

Medidas de apoyo académico

Para comenzar a todos los deportistas de élite se les reserva un tres por ciento de las plazas para cualquier grado que se imparte en las universidades y un cinco por cierto de plazas en el título de grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Por otro lado, la UPV/EHU posee un plan que tiene diseñado para deportistas de elite, el cual,  tiene el objetivo de compaginar con garantías de éxito la carrera deportiva y académica de sus estudiantes. Para ello se les da una seria de facilidades.

A continuación, se les asigna un tutor o tutora con el que se procura realizar los ajustes académicos necesarios para hacer compatibles ambas exigencias. “Yo no he tenido grandes dificultades, gracias al programa de tutorización de la UPV/EHU he tenido un canal directo para las gestiones de cambios de exámenes y justificantes por faltas de asistencia”, reconoce Lareo.

Además, existe la justificación de faltas de asistencia hasta un límite del 25% de las sesiones lectivas de carácter obligatorio; y una flexibilidad del calendario de exámenes y de prácticas obligatorias. “Los profesores, en general, no suelen ponerme ninguna pega si tengo que faltar a clase por entrenamientos o partidos”, explica Baños.

Por último, para aquellas personas que lo deseen hay la posibilidad de reconocer tres créditos por curso académico. Ajangiz es conocedora de esa opción, pero por el momento ha preferido no convalidar optativas, ya que le interesa cursarlas y aprender. Sin embargo, reconoce que ese sistema “siempre facilita las cosas”. “Las facilidades que pone la universidad para los deportistas de alto nivel son muchas y muy buenas” asegura Beltrán.

Difusión del deporte femenino

La visibilización del deporte femenino ha crecido exponencialmente, un ejemplo de este fenómeno es el futbol femenino. Esta última temporada, los estadios de fútbol donde suelen jugar habitualmente los equipos masculinos han sido noticia, puesto que están empezando a jugar los equipos femeninos en ellos y prácticamente los están llenando. Se observó en Anoeta con 21.500 espectadores, en San Mames con 48.121, y en el Wanda metropolitano, el record hasta la fecha, con 60.739 personas.   “El tema de la difusión es algo que ha mejorado mucho en los últimos años. Que se jueguen ciertos partidos en grandes estadios o los logros que están teniendo muchas deportistas en otras modalidades están haciendo que en prensa cada vez se hable más de nosotras, que de ese pequeño hueco que nos daban ahora se salga en la portada”, considera Beltrán.

Por otro lado, la final de Copa de la Reina fue el encuentro de fútbol femenino más visto en la historia de la televisión con 1.655.000 espectadores, y durante la entrega del trofeo estaban conectadas a la pantalla 2.217.000 personas.  “Creo que ahora mismo el fútbol está de moda y eso nos hace salir casi cada día en periódicos o televisiones. Además, ha sido clave la incorporación de grandes y pequeños patrocinadores a nivel nacional y local. Sin obviar la apuesta que han hecho los canales de televisión de pago y en abierto para televisar al menos 3 partidos por jornada”, sostiene Lareo.

“La difusión que está teniendo el futbol femenino, sobre todo lo hemos vivido nosotras ahora con el tema de la Copa de la Reina, está siendo increíble. Hasta ahora poca gente nos reconocía por la calle, y ahora vamos por Donostia y la gente sabe quién somos. Para nosotras eso es lo más, y ahora es cuando somos verdaderamente conscientes de que esto está creciendo a un ritmo enorme”, sentencia Baños.

A pesar de estos buenos pretextos, aún queda mucho por hacer en el mundo del deporte femenino. Por ejemplo, el fútbol sala es un deporte minoritario en el masculino y en el femenino. “Somos invisibles, que hasta que no pasan cosas importantes, nadie nos ve. Nadie se interesa por nosotras, y solo lo hacen cuando como este año hemos ganado la liga y vamos a ascender a 1º división”, explica Ajangiz.