La localidad navarra de Valtierra acogerá la tercera campaña de excavaciones arqueológicas en el yacimiento del Cerro del Castillo. Esta campaña se desarrolla en el marco del Convenio de colaboración firmado el pasado año 2022 entre el Ayuntamiento de Valtierra y la Universidad del País Vasco. Las campañas se desarrollan bajo la dirección de los arqueólogos Juan José Bienes Calvo y Óscar Sola Torres, y del profesor de la Universidad del País Vasco Jesús Lorenzo Jiménez.

El yacimiento presenta el interés de mostrar toda la secuencia de ocupación del cerro que dio origen al núcleo de Valtierra. A través de los sondeos realizados hasta la fecha, se evidencian las distintas fases de ocupación, que se remonta, al menos, hasta el siglo IX, en época islámica, cuando Valtierra formaba parte de al-Andalus, dependiente de la medina de Tudela. A esa fase le sigue, probablemente tras la conquista aragonesa de 1118, una reestructuración del trazado urbano, con la construcción de un nuevo asentamiento sobre los restos del primitivo asentamiento islámico. La ocupación finaliza en torno al siglo XV, con el completo abandono del cerro, cuando la población estaba ya asentada en el llano.

Hasta la fecha, la excavación ha aportado una importante cantidad de materiales cerámicos, que han permitido datar las distintas fases de ocupación, abandono y amortización. De especial interés fue el hallazgo de un fragmento de tinaja en el que se había esgrafiado una inscripción en caracteres cúficos, en la que se desvela el nombre del primer habitante conocido del enclave: Muhammad ibn Rasiq.

La excavación suma a su carácter científico el carácter didáctico, ya que, el grueso del equipo está formado por alumnas y alumnos de los grados de Historia e Historia del Arte de la Universidad del País Vasco, que actúan bajo la supervisión del profesor y los arqueólogos. “Esta excavación nace con vocación de ser un lugar de formación de futuras arqueólogas y arqueólogos, tanto en el plano teórico como en el práctico. En el plano teórico, con clases impartidas por especialistas en diferentes campos de la arqueología (arqueología de la arquitectura, arqueobotánica, etc). Y, en cuanto a la formación práctica, se enfoca tanto al trabajo en el campo, que comprende excavación, lectura estratigráfica, elaboración del registro arqueológico, topografía, fotogrametría, etc., como a las tareas de gabinete, esto es, limpieza, siglado y clasificación de la cerámica, dibujo arqueológico digital y analógico, creación de modelos tridimensionales, bases de datos, etc.”, explica el profesor Lorenzo Jiménez.