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In memoriam: José Ramón Quintana Insagurbe

  • Crónica

Fecha de primera publicación: 08/04/2021

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Un valiente y querido compañero

La vida a veces nos sorprende y nos hace pensar, aunque sepamos que nuestro cuerpo tiene fecha de caducidad. En nuestro grupo, nadie podíamos creer que Joserra nos hubiera dejado.

Hace dos años y medio, un grupo de más de 30 personas llegamos a la UPV/EHU para comenzar un periplo de 4 años en las Aulas de la Experiencia de Álava. No nos conocíamos entre nosotros, y cada uno tenía una historia personal diferente y desconocida para los demás. Sin embargo, unas pocas semanas fueron suficientes para que algunas personas destacasen entre todos nosotros. Cuando llegó el momento de nombrar un delegado de nuestra clase, Joserra se ofreció a ello, y todos estuvimos de acuerdo. En esas semanas se había destapado como una persona abierta, de fácil contacto, dispuesto a ayudar al que lo necesitase y, además, con un pasado en la docencia como director de una Ikastola que le ayudaría en ese papel.

Durante dos años, Joserra hizo perfectamente su labor, manteniéndonos informados de todo lo que necesitábamos, intentando adelantarse a los problemas y buscando soluciones, y ganándose poco a poco nuestro afecto más profundo. Participaba mucho en las clases, compartía sus experiencias de vida y de viajes, sus conocimientos en las diferentes materias eran patentes y todos aprendimos con él. Era un amante del teatro y gran lector, aconsejándonos a menudo libros. Con un pequeño grupo de compañeros se hizo costumbre el tomar un pote a la salida de las clases, intercambiando opiniones y detalles de nuestra vida pasada y presente. Así nos enteramos de su relación con el cáncer, y del tratamiento que recibía.

Este último año nos informó que él ya no podría seguir haciendo su rol de delegado de curso, en parte debido a su delicada situación de salud. El hecho de tener dividido nuestro grupo en dos por culpa de la pandemia, uno presencial y el otro online, no facilitó que todos estuviéramos al tanto de la evolución de su salud. Fue un luchador que hasta diez días antes de despedirse de este mundo continuó asistiendo presencialmente a clase y, durante unos días después, siguió participando de sus opiniones a través del WhatsApp del grupo.

Los que tuvimos la suerte de tratarle un poco más personalmente vimos el amor que tenía por la vida, cuánto buscaba el contacto con otras personas, siempre dispuesto a apuntarse a cualquier plan que le propusiesen. En algunos de nosotros ha dejado el poso de una persona valiente en su forma de enfrentarse a su enfermedad, de un amante de la vida y de las relaciones interpersonales, alguien que sabía que su tiempo se acercaba a su fin y quería disfrutar cada minuto que le quedase con los demás.

Agur Joserra, buen compañero y amigo. Has dejado un gran vacío en nuestro grupo, por ser el primero que nos has dejado para irte, esperamos, a un mundo mejor. Nos queda tu sonrisa en nuestros corazones. Te enviamos un gran abrazo de todos tus compañeros. Descansa en paz. Hasta siempre.