El grupo Stream Ecology de la Universidad del País Vasco (EHU) ha puesto a prueba distintas formas de medir la calidad de los ríos en tres arroyos del Anillo Verde de Vitoria-Gasteiz. A partir de esos ensayos, el equipo ha diseñado un protocolo con indicadores de alerta temprana que permite a gestores y agencias ambientales valorar con mayor precisión la salud de los entornos fluviales.
Baldosas, hojas y algodón para medir la salud de los ríos
Investigadoras de la EHU presentan un método práctico y asequible para evaluar el estado de los ecosistemas fluviales
- Investigación
Fecha de primera publicación: 03/11/2025
Los ríos desempeñan un papel esencial en el equilibrio ambiental. Mantenerlos en buen estado no solo depende de la calidad del agua, sino también de la vida que albergan y de los procesos que en ellos tienen lugar: la respiración de la vegetación, la descomposición de la materia orgánica o la transformación de nutrientes, entre otros. “El buen estado de un río implica tener en cuenta tanto los organismos que lo habitan como su funcionamiento”, explica Luz Boyero, profesora Ikerbasque de la EHU. La actividad humana puede alterar esa dinámica natural, por lo que resulta necesario disponer de herramientas que permitan detectar a tiempo sus efectos.
Con el objetivo de unificar los métodos para evaluar la salud de los ríos y ofrecer una guía sencilla y asequible a las entidades de gestión ambiental, la investigadora del grupo Stream Ecology de la EHU Diana Rojo ha analizado el rendimiento de distintos materiales que permiten medir los procesos de descomposición y producción de materia orgánica en tres arroyos del Anillo Verde de Vitoria-Gasteiz, situados en zonas agrícolas.
Según explica Rojo, el equipo comparó las diferencias entre tramos bien conservados y otros con mayor influencia de las actividades agrícolas, utilizando para ello varios tipos de sustratos. “Queríamos identificar cuáles son los que mejor reflejan los cambios que se producen en el río cuando hay alteraciones humanas”, señala la investigadora.
En los ensayos se probaron elementos tan variados como baldosas de mármol, hojas de aliso y de roble, depresores linguales utilizados en medicina, tiras de algodón, bolsitas de té verde y rojo, e incluso hojas de plátano, con el fin de determinar cuáles resultan más eficaces como indicadores ecológicos.
Comunidades de invertebrados, hongos, algas y descomposición
Tras elegir tramos alterados e inalterados de diferentes arroyos de las afueras de Vitoria-Gasteiz, depositaron dentro del agua unidades experimentales que contenían los citados sustratos y los mantuvieron incubando durante cuatro semanas, “con el fin de poder compararlos después y decidir qué sustratos indican de una manera más eficiente y en un corto plazo los cambios en el estado de dichos arroyos”, explican. Tras recoger todo el material, “pudimos analizar las comunidades de invertebrados, de hongos y de algas, así como diferentes variables de descomposición, que indican en qué estado se encuentran las zonas impactadas en comparación con los tramos inalterados”, añaden.
En términos generales, las investigadoras han concluido que “para llevar a cabo estudios eficientes con recursos limitados, tanto en tiempo como en dinero, el aliso es el mejor sustrato para estudiar la descomposición total y las comunidades de macroinvertebrados; las hojas de plátano o las tiras de algodón son muy eficientes para estudiar la descomposición microbiana; y finalmente las baldosas de mármol, sirven para estudiar la parte de las algas o la producción primaria. Estos tres materiales nos darían mucha información y bastante inmediata acerca del estado del ecosistema”. En definitiva, se trata de una serie de recomendaciones tanto para la comunidad investigadora como para la administración y las entidades gestoras. Los materiales propuestos, además, son bastante universales, lo que facilita que este estudio se pueda reproducir a nivel global en diferentes lugares.
En opinión de las investigadoras de la EHU, “el recurso agua es fundamental para el ser humano. Necesitamos que se mantengan unas comunidades fluviales saludables y que los procesos de ecosistema funcionen de la manera que tienen que funcionar”. Es fundamental saber evaluar la salud de los ecosistemas para poder poner remedio a la contaminación. “Este siempre es el primer paso: ver dónde hay buenas condiciones, dónde hay malas y ver después qué abordar, sobre todo para saber qué tramos son los más críticos”, añade Rojo. “Los ecosistemas fluviales son fundamentales en los ciclos de carbono, en los ciclos de nutrientes, en el planeta. Y muchas veces son los grandes olvidados”, concluye la profesora Boyero.
Información complementaria
Este estudio forma parte de la tesis doctoral que está llevando a cabo Diana Rojo, bajo la dirección de la doctora Luz Boyero, profesora Ikerbasque del Departamento de Biología Vegetal y Ecología de la EHU, que lidera la red internacional GLoBE, cuyo objetivo principal es estudiar los patrones y los factores que impulsan el funcionamiento de los ecosistemas fluviales a escala mundial.
El estudio ha contado con la colaboración de personal técnico del Anillo Verde de Vitoria-Gasteiz (Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz).
Referencia bibliográfica
- Decomposition of different organic matter substrates and algal biomass accrual as early warning indicators of human impacts on stream ecosystems
- Ecological Indicators
- DOI: 10.1016/j.ecolind.2025.113998
