“A la búsqueda de los sombreros blancos de coprinos y champiñones, mientras las últimas hojas con incertidumbre toman el camino de la tierra; el silencio de la nieve, roto por el canto de algún pájaro solitario; la niebla grisácea fundiéndose con el verde de la hierba, cuando la llovizna lo impregna todo; el rocío que deja el frescor matutino, guardián del bochorno del mediodía; cuatro frases, cuatro estaciones; un placer para el paseante que en soledad busca fuerzas para enfrentar el nuevo día. 

Así es cómo me siento cada vez que cruzo el jardín trasero de la Facultad de Bellas Artes camino a mi oficina. Por eso es mi lugar favorito; si algún día podéis robarle un instante a la jornada laboral, venid, no os arrepentiréis.” 

Este es el lugar elegido por Alberto de Diego, profesor de Química Analítica en la Facultad de Ciencia y Tecnología, autor también de estas líneas. 

Cómo llegar: 43°19'50.0"N 2°58'19.9"W