Gorka Artola
Para salir del laberinto
Director de Innovación y Transferencia
- Cathedra
Fecha de primera publicación: 17/06/2016
El Área de Innovación y Transferencia del Vicerrectorado de Investigación de la UPV/EHU cuenta con un equipo de personas que trata de realizar a diario una labor realmente muy vinculada con ese verso del Gernikako Arbola de Iparragirre del que nuestra universidad toma prestado su lema: eman ta zabal zazu, munduan fruitua. El fin fundamental del Área de Innovación y Transferencia (donde se enmarca la OTRI) es ayudar a transferir a la sociedad los frutos que produce la universidad en forma de descubrimientos, nuevos conocimientos, tecnologías, etc.
En la oficina hay personas que procedemos del sector privado, de la gestión de la I+D+i empresarial. He de reconocer que yo venía con muchas ideas preconcebidas respecto de la universidad, ideas que además son lugares comunes en muchas esferas de nuestra sociedad. Más allá de la caricatura de que aquí solo trabajamos cuando hay clases (caricatura que en realidad nadie realmente cree), la sociedad, y particularmente las empresas, imaginan la universidad como un gran laberinto que contiene conocimientos, tecnologías y oportunidades para mejorar la vida de las personas y generar riqueza, pero que muchos de esos bienes no terminan de salir de la universidad. Y no lo hacen bien porque salir del laberinto hacia fuera es difícil, bien porque acceder desde fuera al laberinto, para ir a recogerlas, es aún más difícil.
Tras unos meses desempeñando esta responsabilidad, mi sensación es que esa imagen no dista demasiado de la realidad. Tenemos, en efecto, grupos de investigación punteros a nivel mundial y resultados de investigación formidables, que pueden suponer grandes avances en muchos ámbitos. También he experimentado nuestra complejidad interior, no sé si tanto como laberíntica, pero sí lo suficiente como para entender que navegar en nuestro interior requiere de una cartografía muy elaborada y constantemente actualizada.
He de reconocer que estoy abrumado por la cantidad de personas investigadoras que quieren transferir los resultados de su trabajo a la sociedad y al mercado, a pesar de las muchas dificultades, tanto internas como externas, que se dan en ese proceso. Hablando con los agentes del exterior del laberinto (empresas, entidades, administraciones públicas), todos sin excepción tienen el deseo de colaborar con la universidad y adquirir estos conocimientos y resultados de la investigación. Pero, a diferencia de lo que ocurre en el interior, muy poca gente desde fuera está dispuesta a lidiar con nuestra complejidad para acceder a los mismos. La realidad es que son pocas las organizaciones que motu proprio se acercan a la universidad con ese objetivo. La semana pasada, mi homóloga de la Universidad de Kent en el Reino Unido me confesaba que ellos estaban empezando a ofrecer acceso libre y gratuito a todos los resultados de su investigación y que, a pesar de eso, no habían visto un mayor acercamiento. Coincidimos ambos en que el problema principal no es el dinero sino el tiempo que las empresas deben invertir para, primero, conocer resultados de la investigación y, después, crear relaciones de confianza entre grupos de investigación y empresas que hagan que el proceso de transferencia fluya como algo natural y duradero.
Tenemos varios ejemplos claros en nuestra universidad de este tipo de casos: investigadores e investigadoras que en su día fueron lo suficientemente audaces como para dar a conocer los resultados de su investigación a empresas e instituciones potencialmente interesadas, personas que tuvieron tesón hasta encontrar al socio adecuado y que crearon relaciones de confianza mutua de las que surgieron de forma sostenida en el tiempo proyectos de investigación en colaboración, patentes y licencias concedidas para su explotación, spin-offs que incubamos en los viveros en la universidad…
Esperemos que en el futuro este tipo de casos sean la regla general. Sé que es un objetivo muy ambicioso, pero merece la pena intentarlo, dedicando los recursos escasos de los que disponemos a aquellos puntos de los que quizá podamos obtener un mayor rendimiento. En la práctica, donde creo que más impacto podemos generar con el mismo esfuerzo es en la comunicación de nuestros resultados de investigación a la sociedad. Si no somos capaces de transferirlos, que no sea porque se hayan quedado encerrados en el laberinto, comuniquemos y demos a conocer nuestros resultados de investigación de forma más directa e intensa a las empresas, administraciones y a cualquier posible interesado.
Este es el compromiso que asumimos en este nuevo periodo del Área de Innovación y Transferencia: en primer lugar, comunicar y dar a conocer con todas nuestras capacidades los resultados de los investigadores y las investigadoras que necesiten ayuda para transferirlos; en segundo lugar, crear colaboraciones estables con empresas, centros de investigación y entidades sociales; y en tercer lugar seguir apoyando a la comunidad investigadora en la generación gestión de patentes, contratos de I+D, contratos de licencia, etc.
Eman eta zabal dezagun!
Fotos: Tere Ormazabal. UPV/EHU.