El propio sistema sedimentario del estuario inferior y sus diferentes elementos constitutivos consiguieron de modo natural durante el periodo de estudio unas características morfológicas similares a las habituales en esta zona tras el vertido de arenas de dragado. Este proceso natural es mucho más estable, duradero y seguro de cara a garantizar el futuro de la Ola de Mundaka. Ante la posibilidad de futuros dragados en el estuario inferior: a) el volumen de arena a extraer debería ser el mínimo posible con el fin de reducir la respuesta del sistema estuarino; b) el trazado de los mismos debería respetar la disposición natural del canal principal del estuario y el meandro final de Arketa ha de discurrir apoyado sobre el margen rocoso E con el fin de reducir su capacidad erosiva contra la zona S de Laida; y c) el vertido de las arenas de dragado debería ubicarse en el estuario exterior en una posición a determinar en base al volumen de sedimento involucrado y a la época del año propuesta para el vertido. Tras el último vertido, el sistema estuarino ha necesitado 3 años para equilibrar las dramáticas consecuencias generadas sobre la calidad de la Ola de Mundaka.