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El agua de lluvia en las ciudades también podría servir para labores de limpieza o riego si se gestiona adecuadamente

Personal investigador de ingeniería, química y geología de la EHU estudia los sistemas urbanos de drenaje sostenible en varias localidades vascas

  • Investigación

Fecha de primera publicación: 16/10/2025

Ainhoa Lekuona preparando el muestreo en la zona de control
Ainhoa Lekuona preparando el muestreo en la zona de control | Foto: EHU

Investigadoras e investigadores de la EHU han analizado la influencia de un sistema urbano de drenaje sostenible (SUDS) construido en Legazpi sobre diferentes parámetros de las aguas pluviales y han concluido que el pavimento permeable mejora la calidad de las aguas de escorrentía y reduce la turbidez, los sólidos en suspensión y la cantidad de algunos metales. Asimismo, se ha comprobado que esta agua puede ser utilizada tanto para las labores de limpieza como para el riego, una vez filtrada y garantizada su calidad biológica.

En las ciudades, las aguas pluviales, al llegar al suelo, se vierten directamente al mar o a los ríos o se mezclan con las aguas residuales que van a las depuradoras a través de las alcantarillas. Esto puede originar problemas, como la contaminación de mares y ríos y, en episodios de lluvias fuertes, un aumento importante de la cantidad de agua que se debe tratar en las depuradoras. Los pavimentos urbanos, en general, no permiten la infiltración del agua y dificultan sobremanera el proceso que sigue el agua en la naturaleza, pero, aunque sea muy poco a poco, se está extendiendo el uso de pavimentos permeables.

Los sistemas urbanos de drenaje sostenible se diseñan para proteger el ciclo natural del agua, gestionar el riesgo de inundación y mejorar la calidad de las aguas de escorrentía. En Legazpi se ha construido un sistema combinado: “Uno de los aparcamientos de la ciudad tiene un  pavimento permeable, y en un depósito de aguas pluviales se recoge el agua que allí se infiltra y es filtrada”, explica Eneko Madrazo Uribeetxebarria, profesor de la Escuela de Ingeniería de Gipuzkoa de la EHU. En general, el pavimento permeable imita el ciclo natural del agua: “El agua de lluvia penetra en el pavimento y, gracias al material poroso y a la acción de la gravedad, se infiltra en el terreno natural. En esta vía de infiltración, el agua también se filtra a través de los poros. Además, dado que se trata de un proceso lento, parte de esa agua puede evaporarse”., afirma Ainhoa Lekuona Orkaizagirre, doctoranda de la Facultad de Química.

Investigadores de la EHU han analizado, a petición del Ayuntamiento de Legazpi, la influencia de este sistema en la calidad de las aguas de escorrentía. Se han analizado más contaminantes que en otros estudios realizados hasta el momento. Comparando las aguas que han pasado por un pavimento de asfalto normal con las aguas que han pasado por el pavimento permeable y con las recogidas en el depósito, “hemos observado una mejoría en numerosos parámetros de las aguas que han pasado por el pavimento permeable. La calidad del agua de escorrentía es mejor, la turbidez del agua y la cantidad de sólidos en suspensión son significativamente menores y las concentraciones de ciertos metales (como el hierro, el manganeso, el vanadio y el cobre) son también menores”, explica Lekuona.

« las aguas almacenadas en el depósito no suponen un riesgo ecológico para los ecosistemas acuáticos »

La investigadora ha señalado que la turbidez está relacionada con los sedimentos interceptados por el agua en su curso y que “los sedimentos pueden contener diversos contaminantes: metales, hidrocarburos, etc.”.

Por otra parte, los investigadores han constatado que las aguas almacenadas en el depósito no suponen un riesgo ecológico para los ecosistemas acuáticos. Por lo tanto, “el agua del depósito puede ser utilizada para labores de limpieza o para verter a un río cercano, o también como agua para riego, una vez filtrada y garantizada su calidad biológica”, ha explicado Madrazo.

Necesidad de seguir investigando

Según los investigadores, “con un sistema como este no se puede solucionar un problema de gran envergadura. En una ciudad deberían implantarse muchos sistemas de este tipo para una adecuada gestión del agua. Aunque hoy en día los resultados obtenidos en el estudio son muy buenos, es necesario seguir trabajando, ya que el sistema de Legazpi solo tiene cinco años y no sabemos si en el futuro el pavimento se saturará e irá perdiendo eficiencia. Además, este tipo de pavimentos también requieren mantenimiento”.  Es importante, por tanto, seguir investigando en esta línea, ya que las condiciones varían mucho de un lugar a otro.

La investigadora ha puesto de manifiesto que este tipo de sistemas están cobrando fuerza en normativas y disposiciones legales. Aunque, la normativa todavía vigente no establece la obligatoriedad de implantar estos sistemas de drenaje, “la tendencia es limitar el vertido de una parcela de nueva construcción, es decir, que una parcela no vierta una vez urbanizada más de lo que vertía en estado natural. Para ello, son fundamentales los sistemas urbanos de drenaje sostenible”, han señalado.

Este grupo de investigadores ya tiene en marcha otros estudios en el barrio donostiarra de Txominenea, por ejemplo. Si se quiere implantar este tipo de sistemas, es necesaria la implicación de distintos departamentos municipales, y “muchas veces esta es una de las principales dificultades”, señala el equipo investigador. No obstante, han querido dejar claro que habría que restituir su lugar al ciclo que el agua completa en la naturaleza.

Información adicional

Este estudio corresponde a la tesis de Ainhoa Lekuona Orkaizagirre, enmarcada en el programa de doctorado en Química Aplicada y Materiales Poliméricos, y está dirigida por Ainara Gredilla Altonaga y Maite Meaurio Arrate.

Además de los investigadores del Departamento de Ingeniería Energética de la Escuela de Ingeniería de Gipuzkoa y de Química Aplicada de la Facultad de Química de la EHU, en el estudio han participado también investigadores de los departamentos de Química Analítica y Geología de la Facultad de Ciencia y Tecnología.

Eneko Madrazo Uribeetxebarria y Maddi Garmendia Antín son profesores en el Grado en Ingeniería Civil de la Escuela de Ingeniería de Gipuzkoa, en el Grado en Arquitectura Técnica y en el Máster en Ingeniería de Infraestructuras y Construcción Sostenibles. Ainara Gredilla Altonaga imparte clases en el Grado de Química de la Facultad de Ciencia y Tecnología y en el Máster en Contaminación y Toxicología Ambientales. Maite Meaurio Arrate, por su parte, imparte clases en el Grado de Geología de la Facultad de Ciencia y Tecnología, en el Máster en Contaminación y Toxicología Ambientales y en el Máster en Agrobiología Ambiental.

Referencia bibliográfica