Pedro Miguel Etxenike, catedrático de física de la materia condensada de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU) y presidente del Donostia International Physics Center (DIPC), es nuevo Académico de Número de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. El profesor Etxenike tomó posesión de su plaza de numerario durante un solemne acto que tuvo lugar ayer en Madrid y cuyo discurso de recepción versó sobre la 'Dinámica de iones y electrones en sólidos y superficies y pequeñas pinceladas sobre ciencia'. El nuevo académico fue contestado en nombre de la institución por el catedrático Emérito de Física Teórica de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de honor de la Real Academia, Alberto Galindo Tixaire.

"Pertenecer a la Real Academia de Ciencias supone una gran alegría y un honor.  Las Academias nos ayudan a evitar que nuestra propia especialización nos impida aprender otras formas de aprender, formas diferentes de entender el mundo", afirmó en su intervención el profesor Pedro Miguel Etxenike. "Me siento un pequeño eslabón de una gran cadena. Creo que la ciencia es estéticamente hermosa, culturalmente importante y económicamente decisiva. El día en que sea el conjunto de la sociedad y no solamente los científicos el que reclame continuidad en las políticas científica, el futuro estará garantizado".

El nuevo académico también destacó en su discurso "que uno de los retos más importantes de los científicos en el siglo XXI es salvar a la ciencia del excesivo utilitarismo". En su opinión, los grandes avances, los que traen cambios cualitativos y tecnologías disruptivas se han producido gracias a la investigación básica. "Es la sublime utilidad de la ciencia inútil".

El origen de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales se remonta al siglo XVI, bajo el reinado de Felipe II, período en el cual se crea la Academia de Matemáticas de Madrid, antecedente de la actual institución. La idea de su fundación parte de Juan de Herrera, quien fue su primer director. Posteriormente, con el auge en Europa durante el siglo XVII de las Academias de ámbito científico, en 1734 se funda la Real Academia de Medicina y Ciencias Naturales, que poco después se independiza en sus dos ramas científicas. Posteriormente, en 1834, se crea la Real Academia de Ciencias Naturales de Madrid, que trece años después, en 1847, fue suprimida al crearse la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Los estatutos de la Real Academia fijan en 54 el número de Académicos Numerarios.

Pedro Miguel Etxenike, que recibe la medalla número 35 de la Real Academia de Ciencias, es catedrático de física de la materia condensada de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU), presidente del Donostia International Physics Center (DIPC), presidente del CIC nanoGUNE, del BERC Material Physics Center y vicepresidente de Euskampus Fundazioa, la fundación del Campus de Excelencia Internacional de la UPV/EHU. Es además presidente de honor de Jakiunde, la Academia de las Ciencias, de las Artes y de las Letras del País Vasco.

Los galardones y distinciones que ha recibido son numerosos, el Premio Euskadi de Investigación (1996), el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica (1998), el Premio Max Planck de Física (1998), el Premio Nacional de Investigación Blas Cabrera (2005), la Medalla de oro de la Ciudad de San Sebastián (2000), o recientemente la Medalla de Oro de Navarra (2016), destacan entre otros. Es además, Doctor in Science por la Universidad de Cambridge (1998), y Doctor Honoris Causa por otras cuatro universidades. Es miembro extranjero de la Real Academia de Ciencias, Letras y Bellas Artes de Bélgica, Fellow de la Sociedad Americana de Física y también de la Sociedad Americana para el Avance de la Ciencia.

Además de su labor investigadora, con más de 400 artículos publicados en revistas especializadas y más de 200 charlas invitadas en conferencias internacionales y prestigiosas universidades e instituciones de todo el mundo, en los últimos años ha dedicado un gran esfuerzo a promocionar la ciencia como actividad cultural y destacar la importancia de una sociedad científicamente informada.