El Mentoring Grupal es más complejo, pero más enriquecedor

Jesús Mari González Villambrosa es Mentor del Programa de Mentoring del Colegio Vasco de Economistas y profesor del MBA Executive organizado por el Instituto de Economía Aplicada a la Empresa de la UPV/EHU. Cursó sus estudios en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de esta universidad y ha ejercido como CEO en Arcerlor Mittal Distribucion Iberia, donde tuvo la ocasión de ser también Mentor de empleados con potencial.

El Mentoring Grupal, es una práctica de creciente aceptación entre organizaciones que promueven Programas de Mentoring para sus asociados/usuarios/beneficiarios/etc.. El foco, a diferencia del Mentoring Interno tradicional -que busca un desarrollo profesional que revierta en la propia organización a través de una relación diádica más o menos estructurada entre un/a senior y un/a junior-, está en la propia persona mentada y su propio desarrollo competencial. Como nos dice Jesús Mari “El Mentoring Grupal es más complejo por la heterogeneidad de sus componentes pero más enriquecedor por el mismo motivo”.

Basándose en su dilatada experiencia, nos traslada algunas reflexiones sobre las claves que favorecen el éxito en la implementación de un Programa de Mentoring Grupal.

  • En un Programa de 6-8 reuniones es fundamental fijar el espacio y la importancia del Grupo desde el inicio.
  • La primera sesión es clave para establecer las pautas de funcionamiento del Grupo y los roles de cada miembro del mismo
  • El éxito del Programa será el éxito del Grupo como suma de las experiencias enriquecedoras de cada individuo del Grupo y no al revés. Si se percibe desde el principio este Enfoque todo resulta más sencillo a la hora de participar y aportar ideas y experiencias de cada miembro del Grupo.
  • La figura del Mentor en esta fase inicial es clave para ayudar a entender y apoyar la participación de todos y cada uno al nivel que cada uno desee.
  • Los Mentados se sienten protagonistas, no solo a la hora de presentar sus preocupaciones o dudas, sino también a la hora de aportar otros puntos de vista y alternativas a las dudas de los demás.
  • Si se consigue este nivel de confianza e involucración entre los individuos y el Grupo, la participación y escucha se vuelven mas “activas “y el crecimiento de cada individuo surge no solo de los planteamientos propios presentados, sino también del de los demás.

Adicionalmente, nos comenta algunas estrategias que él sigue como Mentor para conseguir el máximo “enganche” de las personas mentadas con la dinámica necesaria para fomentar la sensación de pertenencia al Grupo

  • En la Sesión inicial, además de presentar el Programa y en que va a consistir el mismo, se traslada entre otros aspectos el compromiso que se adquiere durante el Programa de Mentoring. Suelo invitar a Mentados del programa anterior para que trasladen sus propias experiencias como Mentados Veteranos, con objeto de acelerar la involucración de los nuevos para que lo aprovechen desde su inicio. Y Todo ello explicado por compañeros a los que se les presta mucha atención. Un Mentado veterano antes fue Mentado novato y sabe muy bien lo que supuso esta charla. En los 6 Programas que llevo nunca un Mentado Veterano ha faltado a esta charla.
  • De cada sesión se hace un Acta que realiza cada vez, un Mentado diferente, y a la que le damos mucha importancia porque son como los “apuntes de la sesión”, y que todos pueden aportar cambios o sugerencias, con la revisión final por parte del Mentor. Todo lo cual les exige e involucra más.
  • Se plantea la creación de un grupo de WSP que lo impulsa un Mentado y se acuerda que sea el cauce de comunicación entre los miembros del Grupo. Esto favorece la comunicación posterior al cierre de Programa. La experiencia que tengo es que sigue vivo y se utiliza desde el Programa I y vamos por el VI.
  • Se facilitan Lecturas que ayudan a los Mentados en la dirección adecuada sobre los temas que se van presentando y que el Grupo valora muy positivamente. Hasta el punto que varios Grupos han solicitado su continuidad a pesar de haber terminado el Programa. Y se ha hecho
  • Y todo esto, ¡hay que celebrarlo!!!, a través de reuniones -Cenas de Txoko- donde se pierde la formalidad de una reunión formal del Programa, pero que sirve para cohesionar al Grupo en otros aspectos también muy importantes.
  • Por último, efectuamos una cena de Fin de Programa, en la que evaluamos los esfuerzos y avances conseguidos.

Tal y como señala Jesús Mari para concluir, “se trata de una experiencia tremendamente gratificante y enriquecedora para mí, como mentor, y entiendo que también, para las personas mentorizadas, dado el elevado índice de asistencia que se alcanza en las actividades del Programa (son profesionales con unas agendas bastante ocupadas), y lo que es más significativo, las excelentes relaciones que todavía mantenemos entre los miembros del Grupo tras varios años después de esta experiencia”.

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