Guarderías estelares y planetas habitables

La semana pasada estuve charlando una vez más con Eva Caballero en La Mecánica del Caracol de EiTB. Comentamos las fantásticas imágenes que el Telescopio Espacial Hubble nos ha enviado de los llamados pilares de la creación para celebrar su 25 cumpleaños. Estas estructuras, situadas en la nebulosa del Águila, son una región de una nube de hidrógeno en la cual se están formando ahora mismo nuevas estrellas, lo que podríamos denominar por tanto una guardería estelar.

La visión de los pilares de la creación cambia enormemente según la longitud de onda en la que estemos mirando. Mientras que en el visible apenas podemos arañar la superficie de la nube de gas y polvo, las longitudes de onda infrarrojas, más largas, son capaces de mostrarnos el interior de la nebulosa y las estrellas nacientes que de otra forma permanecen invisibles para nosotros.

Evidentemente, junto con las estrellas que nacen en estas regiones del Universo, nacen también planetas y sistemas planetarios. Por lo que sabemos hasta la fecha, la mayoría de ellos no se parecen al nuestro y decimos que no son habitables. Es decir, no serían amigables para la vida tal y como la conocemos. Sin embargo, existen algunos planetas cuyas condiciones son, a priori, relativamente similares a las nuestras. El reciente anuncio del descubrimiento de Kepler-438b y -442b nos sirvió también como excusa durante el programa para abordar el tema de la habitabilidad planetaria.

Conviene tener en cuenta que no basta con que un determinado planeta reciba la cantidad justa de energía de su estrella para que éste pueda ser habitable. En primer lugar, la posible atmósfera del planeta va a condicionar la temperatura que realmente haya en la superficie del cuerpo y se puede modificar drásticamente según la composición. En segundo lugar, desconocemos los procesos que conducen a la aparición de la vida y por lo tanto desconocemos si basta con que se den las circunstancias para que necesariamente surja la vida.

Confío en que en los próximos años podremos empezar a estudiar la atmósfera de estos cuerpos tan prometedores. Esto nos permitirá saber si contienen alguno de los elementos que consideramos necesariamente vinculados a la vida, tales como oxígeno, agua u ozono. Sin duda el Telescopio Espacial James Webb tendrá mucho que decir al respecto.

De momento, aquí os dejo el podcast de mi última colaboración en La Mecánica del Caracol

 

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